Se viene movida grande en el sector teleco. El fondo español Asterion está ultimando la compra total de Finetwork, el OMV que lleva años dándole guerra a los grandes desde su cuartel en Elda, Alicante. Si la operación se cierra, estaríamos hablando de la mayor venta del sector en lo que llevamos de año, con un valor que, según fuentes cercanas al acuerdo, superaría los 210 millones de euros. Nada mal para una compañía que hace no tanto apuntaba más alto en sus valoraciones.
Ahora bien, el momento no es casual. Finetwork no está pasando su mejor etapa: se encuentra en preconcurso de acreedores, con deudas importantes, especialmente con Vodafone, su proveedor de red. Vamos, que la cosa apremia. Y por eso esta venta suena más a salvavidas que a operación de éxito.
Cuando el hambre se junta con las ganas de comer
Así describen en el sector este posible acuerdo: por un lado, Asterion quiere entrar fuerte en el negocio minorista de telecomunicaciones (hasta ahora centrado más en infraestructuras), y por otro, Finetwork necesita urgentemente una salida para evitar el colapso. Y es ahí donde ambos intereses encajan.
Por ahora, faltan por concretar detalles clave: el pago a acreedores (Vodafone el primero en la fila) y qué pasa con ciertos compromisos comerciales que Finetwork tiene encima de la mesa. Pero todo apunta a que Asterion podría tener vía libre para hacerse con el control.
El viaje accidentado de Finetwork
Para el que no tenga el radar puesto: Finetwork es un OMV que opera con la red de Vodafone, ofreciendo fibra, móvil y también tele de pago. En sus diez años de vida ha conseguido más de un millón de clientes y una red comercial de casi 4.000 puntos de venta. No está nada mal. Detrás de todo esto está Pascual Pérez, fundador y aún accionista mayoritario.
En 2024, Finetwork recibió una inyección de 20 millones de euros por parte de Kai Capital, el family office de Alfredo Pérez. La mitad fue una ampliación de capital y la otra mitad un préstamo convertible. Desde entonces, Kai Capital tiene asiento en el consejo de la compañía, aunque Alfredo Pérez se bajó del consejo en abril y ahora está representado por su director de inversiones, Fernando López.
Vodafone no olvida
Pero no todo han sido buenas noticias. El problema principal de Finetwork es su deuda, especialmente con Vodafone España, que no solo es su proveedor de red, sino también su principal acreedor. La cosa está tan tensa que Vodafone ha llevado el caso a la CNMC (que le dio la razón) y luego a los tribunales ordinarios.
En abril, el juez designó a FTI Consulting para pilotar el plan de reestructuración de la compañía, que ya había dejado claro que no podía mantener el ritmo y que estaba al borde de la insolvencia.
¿Y ahora qué?
El pasado mayo, Finetwork activó el protocolo de negociación con acreedores, un paso legal que le da hasta seis meses de margen para intentar llegar a acuerdos sin que los acreedores puedan ir a por ella. Este movimiento es clave porque impide que Vodafone u otros se lancen a tomar el control si no se llega a un acuerdo. Pero también es un aviso: la compañía está tocada, y la única salida realista a corto plazo podría ser vender.
Ahí es donde entra Asterion, que podría quedarse con Finetwork y relanzarla con su músculo financiero. Pero no es solo una compra: es una apuesta estratégica para meterse de lleno en el mercado de consumo y competir directamente con los grandes operadores.
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