La aseguradora británica Aviva cerró un acuerdo definitivo para adquirir a su rival Direct Line en una operación valorada en 3.700 millones de libras.
La transacción, que se llevará a cabo en efectivo y acciones, pone en riesgo entre 1.600 y 2.300 empleos.
Ambas compañías anunciaron un plan de ahorro de costos de 125 millones de libras, lo que implicará recortes de personal a lo largo de los próximos tres años.
El acuerdo estipula que los accionistas de Direct Line recibirán 0,2867 acciones de Aviva por cada título que posean, además de 129,7 peniques en efectivo y hasta 5 peniques en concepto de dividendo.
Esta transacción sigue a un pacto preliminar alcanzado a principios de diciembre, y Aviva había tenido hasta el 25 de diciembre para presentar una oferta formal o abandonar las negociaciones según las reglas del Reino Unido.
«La Navidad ha llegado antes de lo previsto para los inversores de Direct Line, ya que la compra de Aviva por 3.700 millones de libras se ha firmado, sellado y entregado oficialmente”, explicó el analista Matt Britzman, de Hargreaves Lansdown, citado por Bolsa Manía.
Aclaró que “los términos del acuerdo siguen siendo los mismos que los que se hicieron públicos en los mercados a principios de este mes, y la confirmación festiva ha cumplido con lo que muchos inversores ya habían previsto, sin dejar ninguna sorpresa bajo el árbol».
Aviva y los empleados
El acuerdo también genera incertidumbre para los empleados, ya que se planea reducir entre un 5 y un 7% de la plantilla combinada, lo que afectaría a entre 1.600 y 2.300 trabajadores de un total de 33.100.
La reestructuración se llevará a cabo de manera gradual durante tres años, y las compañías han señalado que algunos de estos puestos podrían no desaparecer debido a las vacantes actuales de Aviva y la rotación de personal.
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