Las recientes declaraciones de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, durante su visita a Pekín, han generado un fuerte debate en Bruselas. Sánchez apeló a reconsiderar la imposición de aranceles a los coches chinos, con el objetivo de fomentar prácticas comerciales recíprocas en sectores como el porcino español. Sin embargo, sus palabras no fueron bien recibidas en la capital comunitaria, donde se gestionan las relaciones comerciales de la Unión Europea.
![Sede de la Comisión Europea en Bruselas](https://business-people.es/wp-content/uploads/2024/08/Belgique_-_Bruxelles_-_Schuman_-_Berlaymont_-_01.jpg)
Sede de la Comisión Europea en Bruselas.
El portavoz de la Comisión Europea, Olof Gill, subrayó en una rueda de prensa que «la Comisión Europea es responsable de la política comercial de la UE». Aunque Bruselas está dispuesta a encontrar una «solución negociada», enfatizó que esta debe ser una respuesta «adecuada» al riesgo que suponen las prácticas identificadas en la investigación sobre los vehículos eléctricos chinos.
«No me corresponde a mí ni a la Comisión Europea prescribir cómo puede ser esa solución. Eso corresponde a la otra parte. Estamos abiertos a la negociación», puntualizó Gill, sugiriendo que la solución depende de China. Mientras tanto, el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis, se reunirá con el ministro chino de Comercio, Wang Wentao, el 19 de septiembre para discutir estas tarifas.
La Comisión Europea lanzó una investigación basada en pruebas que apuntan a que las importaciones de baterías de vehículos eléctricos chinos están subvencionadas por el gobierno de Pekín, lo que infringe las reglas de competencia y permite prácticas de dumping. Esta investigación ha resultado en la propuesta de aranceles provisionales de hasta el 36% para estos productos, una medida considerablemente menor que los aranceles del 100% impuestos por Estados Unidos o Canadá, y del 70% en el caso de India.
La decisión ha causado divisiones dentro de la UE, con países como Alemania y Suecia mostrando su oposición. El canciller alemán, Olaf Scholz, ha pedido cautela, dado que su industria automovilística ya está sufriendo las consecuencias de estas tarifas.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha dejado claro que cualquier decisión sobre China deberá ser coordinada entre los 27 Estados miembros. Este proceso alcanzará un momento crucial a finales de mes, cuando se evaluará cuántos países apoyan la medida y si Bruselas podrá implementarla de forma efectiva.
Mientras tanto, las tensiones comerciales entre la UE y China siguen aumentando. Bruselas acusa a Pekín de aplicar subvenciones injustas que otorgan una ventaja competitiva a sus empresas. Por su parte, China calificó los aranceles europeos de «proteccionistas» y los consideró una forma de «caza de brujas». En respuesta, el gigante asiático ha iniciado sus propias investigaciones contra las importaciones de carne de cerdo y productos lácteos de la UE, bajo argumentos similares.
El diálogo entre las autoridades chinas y europeas continúa, con ambas partes buscando una solución negociada para evitar un mayor deterioro de sus relaciones comerciales.
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