El consumo de aceite de oliva en Estados Unidos alcanzó cifras récord, consolidando al país como el segundo mayor consumidor mundial, superando a Italia y acercándose cada vez más a España.
Según el Consejo Oleícola Internacional (COI), se espera que, al cierre de la actual campaña, que inició en octubre, el consumo global alcance los 3,06 millones de toneladas.
España sigue liderando la lista con una comercialización de 460.000 toneladas, lo que representa el 15% del total mundial.
Sin embargo, el avance de Estados Unidos es notable, con un consumo estimado de 398.000 toneladas (12% del total), relegando a Italia al tercer puesto con 395.000 toneladas.
A pesar de su creciente demanda, la producción estadounidense de aceite de oliva sigue siendo marginal, concentrada principalmente en California y representando apenas el 1% del consumo total.
Desde la década de 1990, las importaciones de aceite de oliva en EEUU crecieron exponencialmente, multiplicándose por cuatro y acercándose a las 400.000 toneladas anuales.
España al frente del aceite de oliva
España no solo encabeza el consumo global, sino que también es el mayor productor de aceite de oliva.
Tras dos cosechas complicadas, un reportaje de El Economista afirma que las previsiones indican una recuperación, con una producción estimada de 1,3 millones de toneladas, lo que representa cerca del 40% del total mundial.
Turquía ocupa el segundo puesto con 450.000 toneladas, seguida de Túnez (340.000 toneladas), Grecia (250.000 toneladas) e Italia (224.000 toneladas).
No obstante, el sector sigue enfrentando retos, especialmente por la volatilidad climática, que impacta la producción en distintas regiones.
A pesar de los avances en técnicas de cultivo que aumentan la productividad por hectárea, los fenómenos meteorológicos extremos, como sequías y olas de calor, están limitando el crecimiento sostenido del sector.
El precio del aceite de oliva en España registró una fuerte caída tras los picos alcanzados en los últimos dos años.
Según datos de Infaoliva, el precio del virgen extra descendió a 3,9 euros por kilo, mientras que el virgen bajó a 3,6 euros y el lampante a 3,4 euros.
Sin embargo, esta reducción no se ha trasladado con la misma rapidez a los supermercados, donde los precios siguen oscilando entre 5,49 y 8 euros por litro.
Ante esta situación, el presidente de Dcoop, Antonio Luque, denunció la existencia de prácticas fraudulentas en el mercado, señalando que algunos productos estarían siendo mezclados con orujo o aceite de girasol para abaratar costos.
Aunque no ha especificado el volumen de producto adulterado, instó a las autoridades a tomar medidas urgentes para garantizar la calidad del aceite en el mercado.
Desde el COI, sin embargo, defienden los rigurosos controles de calidad en España y la Unión Europea, aseguran que existen mecanismos para denunciar irregularidades y preservar la autenticidad del producto.
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