«Son aranceles de carácter horizontal para todos los productos europeos, con lo que estamos en igualdad de condiciones con nuestros competidores», comenta Teresa Pérez. A esto se une que la ventaja inicial de Turquía, que contaba con un arancel del 10% en un primer momento, se ha disipado al equipararse con los que sufrirán los aceites de oliva españoles al menos durante los próximos tres meses. «España es el país donde nace el aceite, vamos a tener una cosecha de más de 1,4 millones de toneladas», afirma Pérez, destacando la calidad y los estándares de la Unión Europea como elementos clave para mantener el mercado.
La buena producción de esta campaña, equivalente a lo producido en las dos anteriores juntas, es la principal baza del sector del aceite de oliva español. Esto permitirá afrontar mejor el efecto de los aranceles, ya que la posible subida del precio al consumidor es asumible tras haber caído los precios en origen a prácticamente la mitad respecto a la campaña anterior. Con la retirada de los aranceles por parte de Biden, las exportaciones españolas se recuperaron, alcanzando las 127.000 toneladas en un contexto de precios máximos.
12 litros de aceite de oliva per cápita
Aunque Teresa Pérez es prudente sobre el impacto de la inflación estadounidense en el aceite de oliva, confía en que «las exportaciones se podrían mantener y, por qué no, incluso crecer». Explica que los precios en origen están a menos de la mitad que hace un año y que el mercado norteamericano, donde el consumo per cápita apenas llega a 1,2 litros frente a los 12 litros en España, tiene mucho margen de crecimiento.
La gerente de la Interprofesional del Aceite de Oliva asegura que Estados Unidos es el mercado con más potencial de crecimiento a corto plazo y que hay que seguir educando en el consumo del producto. Además, la estrategia de internacionalización también contempla Europa y Asia, mercados con gran potencial como Alemania, China y Japón.
Teresa Pérez reclama el apoyo de la UE para que respalde económicamente los programas de promoción destinados a consolidar los aceites de oliva europeos en los mercados internacionales.
El vino español, más afectado por los aranceles
La situación del vino español es más delicada. La American Trade Association ha instado a no importar más vinos europeos. Sin embargo, José Luis Benítez, director general de la Federación Española del Vino (FEV), celebra la rebaja del arancel del 20% al 10% durante los próximos tres meses y destaca que «hay voluntad de negociación» tanto en EE.UU. como en Europa.
Benítez cree que, aunque puede haber un descenso de ventas, «no se va a cerrar el mercado norteamericano», ya que los aranceles afectan a todos los productores europeos, manteniendo una situación competitiva relativamente equilibrada. También advierte de una posible caída del consumo debido a la recesión económica en EE.UU., aunque todo está aún por confirmar.
Frente al temor de que el exceso de vino europeo se vuelque al mercado interior aumentando la competencia, Benítez llama a la prudencia: «Va a depender de cada bodega y de cada situación». Además, recuerda que, aunque se espera una buena cosecha, «hasta el rabo todo es toro». Apelando a la necesidad de cautela ante las condiciones climatológicas cambiantes.
Finalmente, Benítez reconoce que «el paradigma de comercio con Estados Unidos va a cambiar», y que las bodegas deberán adaptarse ajustando márgenes o precios para afrontar esta nueva realidad comercial.
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