El coche chino arrasa en Europa y pone en jaque la balanza comercial

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Los coches chinos ya no solo dominan su propio mercado, sino que están conquistando Europa a pasos agigantados. En 2024, la Unión Europea importó vehículos fabricados en China por valor de 12.602 millones de euros. Aunque esta cifra es un 12,2% menor que la del año anterior, en volumen las importaciones se mantuvieron estables con 748.448 coches entrando al continente, un 0,5% más.

Curiosamente, este crecimiento no se debe a los eléctricos, que enfrentan aranceles impuestos por Bruselas desde octubre pasado, sino a los coches de combustión, que siguen siendo más baratos y atractivos para los consumidores europeos.

Por otro lado, las exportaciones de vehículos europeos a China no han corrido la misma suerte. En 2024, la UE envió 271.470 coches al gigante asiático, un 24,2% menos que en 2023, con un valor total de 14.419 millones de euros (-25,5%). ¿El problema? La feroz competencia local hace que las marcas europeas lo tengan cada vez más difícil para ganar cuota de mercado en China.

Volkswagen, por ejemplo, vio caer sus ventas en el país un 9,5%, hasta los 2,92 millones de unidades. Porsche, que pertenece al mismo grupo, registró una bajada del 28% en sus entregas (56.887 coches), firmando así su tercer año consecutivo en números rojos en China.

En consecuencia, el superávit comercial de la UE en automoción con China se desplomó un 63,7% en solo un año, quedando en 1.817 millones de euros.

Turquía, el atajo para esquivar los aranceles

Mientras Bruselas intenta frenar la avalancha de coches chinos con aranceles, las marcas del gigante asiático han encontrado un truco para sortearlos: fabricar en Turquía.

Las importaciones de coches desde el país otomano alcanzaron los 8.995 millones de euros en 2024, un 13,8% más que el año anterior. Y esto es solo el principio. BYD, el gigante chino del coche eléctrico, ya tiene planes para abrir una planta en la provincia turca de Manisa en 2027, con una capacidad de 150.000 coches al año. Gracias al acuerdo de libre comercio entre Turquía y la UE, estos vehículos podrán entrar en Europa sin pagar los temidos aranceles.

Mientras tanto, las exportaciones de coches europeos a Turquía cayeron un 7,5%, hasta los 11.879 millones de euros, lo que ha reducido el superávit comercial con este país en un 41,7%.

Estados Unidos cierra el grifo a los coches europeos

El otro mercado clave para los fabricantes europeos, Estados Unidos, tampoco está en su mejor momento. En 2024, la UE exportó coches al país por 38.463 millones de euros, un 4,6% menos que en 2023. En volumen, la caída fue aún mayor: un 6,2% menos, con 749.166 vehículos enviados.

Parte de este declive se debe a que las marcas están reajustando sus estrategias ante la amenaza de nuevos aranceles. Donald Trump ya ha dejado claro que quiere subir los impuestos a los productos europeos, y el automóvil no será la excepción. Si cumple su promesa, las exportaciones europeas a EE.UU. podrían seguir desplomándose en los próximos años.

Y esto no solo afecta a las marcas europeas como Volkswagen o BMW. También impactará a las grandes automovilísticas estadounidenses como Ford y General Motors, así como a las japonesas que fabrican en la región.

En definitiva, la automoción europea se enfrenta a un panorama cada vez más desafiante: China gana terreno, Turquía se convierte en la puerta trasera para evitar los aranceles y Estados Unidos amenaza con endurecer sus políticas comerciales. ¿El resultado? Un sector que deberá reinventarse si quiere mantener su liderazgo global.

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