Talgo encara una semana decisiva entre sanciones, dudas financieras y una operación de cambio de control en el aire
La posible entrada de nuevos accionistas en Talgo entra en su fase decisiva esta semana, mientras la incertidumbre sobre el cierre de la operación sigue vigente.
El consorcio vasco —formado por Sidenor, el fondo público Finkatuz y las fundaciones BBK y Vital— mantiene su interés por adquirir el 29,77% del capital del fabricante ferroviario, pero las condiciones del preacuerdo alcanzado el 14 de febrero podrían estar sujetas a cambios.
Así lo reconoció Noël d’Anjou, consejero de Hacienda y Finanzas del Gobierno Vasco, quien admitió que pueden producirse cambios en la estructura de la operación y que la participación de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) “es una posibilidad”.
El consorcio vasco había pactado pagar 4,15 euros por acción a la sociedad Pegaso, controlada por Trilantic y la familia Oriol, con un pago variable adicional de 0,85 euros condicionado a resultados en 2027 y 2028.
A lo interno de Talgo
La situación de Talgo empeoró desde que se anunció el preacuerdo. La compañía sufrió un fuerte retroceso en bolsa, con una cotización actual de 3,14 euros, muy por debajo del precio pactado.
Además, tuvo que provisionar una penalización de 116 millones impuesta por Renfe por el retraso en la entrega de 30 trenes Avril, y afronta dificultades para refinanciar su deuda de 400 millones de euros.
Renfe ofreció un calendario de pago entre 2031 y 2038, con cinco años de carencia, pero los bancos —liderados por Santander, Caixabank y BBVA— no dan luz verde a la refinanciación sin una solución definitiva con Renfe.
En paralelo, tanto SEPI como el ICO mostraron disposición a ofrecer apoyo financiero.
Talgo también enfrenta desafíos industriales. Debió replantear el pedido de 79 trenes para la alemana DB por falta de capacidad, aunque ha recibido un nuevo encargo de 65 trenes de Flix por 2.400 millones de euros.
Con pérdidas acumuladas y sin previsiones actualizadas para 2025, la compañía navega un momento clave con el respaldo, aún firme, del Gobierno Vasco.
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