El precio de la vivienda libre continúa su escalada y suma ya 44 trimestres consecutivos de subidas interanuales, según el último Índice de Precios de Vivienda (IPV) publicado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En el primer trimestre de 2025, el precio creció un 12,2% interanual, su mayor incremento desde el primer trimestre de 2007.
El aumento ha sido particularmente acusado en el mercado de vivienda de segunda mano, que se encareció un 12,3% interanual, 1,2 puntos más que en el trimestre anterior y el mayor ritmo en 18 años. En cuanto a la vivienda nueva, el alza fue del 12,2%, una décima menos que en el periodo previo.
En términos trimestrales, el precio de la vivienda libre aumentó un 3,5% respecto al último trimestre de 2024, el mayor avance desde mediados del año pasado. Destaca el repunte de la vivienda nueva, con un crecimiento trimestral del 5,5%, mientras que la usada subió un 3,2%, también su mayor incremento desde el segundo trimestre de 2024.
¿Burbuja inmobiliaria? El sector lo descarta
La directora de Estudios de Fotocasa, María Matos, achaca esta fuerte presión alcista a una combinación de demanda sólida, mejora en las condiciones hipotecarias y escasez de oferta, aunque descarta que estemos ante una burbuja. “Las condiciones financieras se mantienen prudentes, dentro de los criterios de solvencia que exigen las entidades”, afirma.
La reciente política del Banco Central Europeo, que inició en junio de 2024 un ciclo de bajadas de tipos tras ocho años de estabilidad, ha abaratado el crédito. Ayer mismo se produjo un nuevo recorte, situando el tipo de referencia en el 2%, lo que previsiblemente seguirá incentivando la demanda.
Oferta de vivienda insuficiente frente a una demanda creciente
El desequilibrio estructural entre oferta y demanda amenaza con acelerar aún más los precios. Según Matos, el 15% de la población española está buscando vivienda en propiedad, frente al 12% en 2019, y las condiciones del mercado laboral y de renta familiar sostienen esta presión compradora.
Los perfiles de los demandantes se diversifican: inversores con alto poder adquisitivo (en torno al 10%), compradores extranjeros y jóvenes que buscan emanciparse, aunque muchos de estos últimos siguen esperando una corrección de precios. Además, la compra por reposición, realizada por quienes no requieren financiación bancaria significativa, representa ya el 25% del mercado y se espera que gane peso en los próximos meses.
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