El Tesoro del Reino Unido está a punto de completar su salida definitiva del capital de NatWest Group, antes conocido como Royal Bank of Scotland (RBS).
Este movimiento ocurre casi 17 años después de haber rescatado a la entidad con más de 45.000 millones de libras, para evitar su quiebra durante la crisis financiera global de 2008.
La participación estatal, que alcanzó el 84,9 % tras dos intervenciones entre 2008 y 2009, se redujo esta semana por primera vez por debajo del 1 %, lo que allana el camino para la retirada completa del Gobierno prevista para 2025.
El Tesoro inició la venta de acciones en 2015, aunque adquirió los títulos a un precio promedio de 502 peniques, una cifra que la cotización bursátil no logró superar con claridad hasta mayo de este año.
La reducción del control estatal se aceleró en los últimos meses. A finales de 2022, el Tesoro poseía todavía un 45,97 % de la entidad, participación que cayó al 38 % a finales de 2023 y al 15 % en octubre pasado.
En febrero, la participación se redujo al 5,93 %, marcando el fin del Estado como principal accionista del banco.
En 2020, NatWest adoptó su nueva denominación, dejando atrás su nombre histórico de RBS tras casi tres siglos de trayectoria.
Este cambio coincidió con una transformación interna y un enfoque hacia la modernización del grupo financiero.
El desembarco de NatWest Group
Durante la última junta de accionistas en abril, el consejero delegado Paul Thwaite subrayó: “2025 es un año importante para NatWest, especialmente ahora que nos acercamos a nuestro retorno a la propiedad privada total”.
También expresó: “Estoy sinceramente agradecido al contribuyente británico”.
Por su parte, el presidente del grupo, Rick Haythornthwaite, afirmó: “Seguimos profundamente agradecidos al gobierno y a los contribuyentes británicos por su intervención y apoyo, que protegió a millones de ahorradores, propietarios de viviendas y empresas en tiempos de crisis global”.
Pese a los ingresos generados por dividendos, comisiones y recompras, estimados en más de 35.000 millones de libras, el Estado habría registrado una pérdida cercana a los 10.000 millones de libras respecto al dinero público inyectado.
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