El sector de electrónica y TIC seguirá creciendo impulsado por digitalización, IA y vehículos eléctricos

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El sector de la electrónica y las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) se perfila como uno de los más dinámicos y con mejores perspectivas de crecimiento para los próximos años, impulsado por la digitalización, la inteligencia artificial (IA) y la fabricación de vehículos eléctricos (VE), entre otros factores. Según un informe reciente de Crédito y Caución, la producción de productos electrónicos y TIC crecerá un 6,7% en 2025 y un 4% en 2026, con Asia-Pacífico liderando el impulso (+8% en 2025), mientras que Europa se sitúa a la cola (+1%).

Placas y semiconductores serán los principales motores

El informe destaca que los componentes electrónicos, placas y semiconductores serán los principales motores del crecimiento, con ventas de semiconductores que podrían aumentar más de un 10% anual en los próximos dos años, especialmente para IA y vehículos eléctricos. A largo plazo, el incremento del gasto militar podría favorecer al subsector en países como Alemania.

El acuerdo comercial entre Estados Unidos y China y la intención de Washington de liberar de aranceles productos clave como teléfonos, ordenadores y semiconductores favorecerán la expansión global, aunque la guerra comercial sigue suponiendo un riesgo, al reducir la inversión y la demanda de chips de gama baja, lo que ha llevado a revisar a la baja las previsiones de crecimiento para 2026.

En Europa y Reino Unido, la producción crecerá de forma más moderada, con 1,6% en 2025 y 1,4% en 2026, tras la contracción del 1,1% en 2024. La UE ha aprobado inversiones por 43.000 millones de euros para reforzar la producción e investigación de semiconductores, con el objetivo de alcanzar el 20% de la cuota global para 2030, centrándose en chips industriales y de automoción, aunque podría quedar rezagada en IA.

Los principales riesgos del sector incluyen la saturación de producción de teléfonos y ordenadores y la tensión geopolítica entre China y Estados Unidos, que podría afectar las cadenas de suministro mundiales y la estabilidad del crecimiento del sector.

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