El servicio ferroviario de AVE que conecta Madrid con Galicia continúa interrumpido este lunes 18 de agosto, y no se espera su reanudación, al menos, hasta las 9:30 horas de la mañana. Con esta nueva jornada de parón, la línea suma ya cinco días consecutivos sin operaciones, un hecho que está generando un notable impacto tanto en la movilidad de los viajeros como en la actividad económica de la región.
La suspensión del servicio no solo supone un problema logístico para quienes dependen del tren para sus desplazamientos habituales, sino que además está teniendo un efecto colateral en sectores clave. El turismo, en pleno mes de agosto, está viendo cómo miles de visitantes se ven obligados a reprogramar viajes, cancelar reservas o recurrir a medios de transporte alternativos con menor capacidad y mayor coste.
Renfe sigue interrumpiendo el AVE Madrid-Galicia
Por otra parte, esta interrupción prolongada también ha encendido las alarmas en el ámbito empresarial. Galicia mantiene una relación comercial fluida con Madrid, y la alta velocidad se había consolidado como un eje estratégico para la movilidad de profesionales y mercancías ligeras. La falta de servicio durante tantos días consecutivos afecta directamente a la competitividad y a la planificación de negocios locales y nacionales.
Desde la perspectiva de los usuarios, la situación está generando malestar. Muchos se enfrentan a retrasos acumulados, tiempos de viaje significativamente mayores y a la incertidumbre de no conocer con precisión cuándo se normalizará el servicio.
La expectativa ahora se centra en conocer si la incidencia podrá resolverse en las próximas horas o si, por el contrario, Galicia seguirá desconectada de Madrid por la vía de alta velocidad durante más tiempo del previsto. De momento, Renfe y Adif mantienen un plan alternativo con trenes de larga distancia y enlaces por carretera, aunque las opciones siguen sin cubrir la demanda real de este corredor.
En definitiva, la prolongada suspensión de la alta velocidad entre Madrid y Galicia pone de manifiesto la dependencia creciente de esta infraestructura y reabre el debate sobre la necesidad de contar con planes de contingencia más robustos en un país donde el tren se ha convertido en pieza clave de la movilidad y la economía.
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