Elon Musk ha anunciado que a partir de mayo reducirá “significativamente” el tiempo que dedica al Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) para centrarse en Tesla, tras el fuerte revés que ha sufrido la compañía en su primer trimestre fiscal. El empresario compareció ante analistas e inversores y aseguró que destinará “mucho más tiempo a Tesla”, unas palabras que provocaron un rebote inmediato en la cotización de las acciones, con subidas de hasta el 8% fuera de mercado, aunque finalmente se estabilizaron en torno al 5%.
El magnate reconoció que su vinculación política con el presidente Donald Trump ha dañado la imagen de Tesla. “A partir del mes que viene, dedicaré mucho más tiempo a Tesla”, dijo en una llamada con analistas, en la que admitió que su rol como “empleado especial del Gobierno” ha provocado “algunos baches en el camino” para la compañía.
A pesar de su anuncio, Musk no se desvinculará totalmente del DOGE. Afirmó que seguirá dedicando uno o dos días por semana a asuntos gubernamentales, o más si el presidente lo requiere. “Seguiré ayudando a reducir el despilfarro y el fraude, porque si no lo hago, volverán con más fuerza”, dijo.
Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca en enero, Musk y su equipo se han integrado en varias agencias federales, accediendo incluso a bases de datos sensibles. El DOGE ha sido responsable de medidas controvertidas como la reducción masiva de funcionarios y el recorte de programas de diversidad.
El propio Trump reconoció recientemente que Musk necesitaría centrarse de nuevo en sus empresas: “No tenemos prisa, pero llegará un momento en el que Elon tendrá que marcharse”, dijo.
En la misma línea, manifestaciones frente a concesionarios, llamamientos al boicot y una caída del 13% en las ventas del primer trimestre han golpeado con fuerza a la compañía, que ingresó 19.335 millones de dólares (un 9% menos que el año anterior) y vio su beneficio hundirse un 71%, hasta 409 millones de dólares.
Tesla en cifras
Elon Musk presentó su visión de futuro con tono épico, animando a los inversores a mirar más allá de las dificultades actuales. “Levanten la vista hacia la brillante ciudadela en la colina”, dijo, aludiendo al legado reaganiano. Aseguró que Tesla puede convertirse en la empresa más valiosa del mundo, incluso más que las cinco mayores actuales combinadas.
Los resultados también reflejan pérdidas por criptoactivos, y aunque la compañía ha optado por excluir esos efectos en su resultado ajustado, este también cayó un 39%, hasta 834 millones de dólares. Las ventas de automóviles sufrieron un descenso del 20%, hasta los 13.967 millones de dólares, debido tanto a una menor demanda como a una reducción de precios para incentivar las ventas.
En su intervención, Musk reiteró su apoyo a la reducción de aranceles, aunque reconoció que esa decisión depende del presidente. “Seguiré abogando por aranceles más bajos, pero eso es todo lo que puedo hacer”, dijo.
Asimismo, sin aportar pruebas, acusó a los manifestantes que protestan contra Tesla de estar “financiados con dinero fraudulento del Gobierno”. “Los que se beneficiaban del despilfarro quieren seguir haciéndolo. Eso es lo que realmente está pasando aquí”, afirmó.
Por ahora, Tesla ha suspendido sus previsiones de ventas hasta ver la evolución del segundo trimestre, en medio de la inestabilidad política y económica generada por el protagonismo de su CEO y los efectos de la guerra comercial impulsada por Trump.
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