Evergrande, fuera de la Bolsa de Hong Kong, emblema del colapso inmobiliario chino

Bolsa de Hong Kong

La Bolsa de Hong Kong ha decidido expulsar a Evergrande, el gigante inmobiliario chino, tras mantener la cotización de sus acciones congelada durante más de 18 meses. La medida marca un hito en la caída de la que fue la promotora más grande de China y resume la compleja crisis que atraviesa el sector inmobiliario del país.

El estallido de la crisis se produjo a mediados de 2021, cuando Evergrande incumplió el pago de deuda extraterritorial con un pasivo superior a 300.000 millones de dólares, generando cientos de litigios y una enorme incertidumbre. La firma había vendido más de 1,4 millones de viviendas sobre plano, equivalente a 200.000 millones de dólares, un modelo de negocio altamente apalancado que la volvió vulnerable.

Tres líneas rojas en la bolsa de Hong Kong

Entre las causas estructurales destaca la implementación de las ‘tres líneas rojas’ por Pekín en 2020, regulaciones diseñadas para limitar el acceso a financiación a promotoras con altos niveles de deuda, escasa liquidez o apalancamiento excesivo, en línea con la política de Xi Jinping de que “las viviendas son para vivir, no para especular”.

El mercado tampoco respondió. Tras el fin de la política de cero COVID, las ventas inmobiliarias se desplomaron, registrando caídas del 24,3% en 2022, 8,5% en 2023 y 12,9% en 2024, pese a los paquetes de estímulo y garantías de entrega de viviendas sobre plano implementados por el Gobierno chino.

Evergrande presentó en marzo de 2023 un plan para reestructurar casi 20.000 millones de dólares de deuda offshore, pero no logró acuerdo con los acreedores y, en enero de 2024, la Justicia hongkonesa ordenó su liquidación, dejando en duda la recuperación de activos en China continental.

Desde entonces, la compañía ha protagonizado turbulencias constantes, incluyendo arresto domiciliario de su fundador, Xu Jiayin, pérdidas cercanas a 90.000 millones de dólares y sanciones millonarias por fraude contable, consolidando a Evergrande como símbolo de la crisis inmobiliaria china.

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