Ferrovial tiene el radar puesto en Estados Unidos desde hace tiempo, pero ahora parece que ha encontrado la oportunidad perfecta para crecer en uno de los sectores que más le interesan: el aeroportuario. Un año después de aterrizar en Wall Street (comenzó a cotizar allí el 9 de mayo de 2024), el grupo español quiere meterse de lleno en la remodelación de la Terminal B del Aeropuerto Internacional Newark Liberty, en Nueva Jersey.
El proyecto, que está en fase muy inicial, se moverá bajo un modelo de asociación público-privada (como el del JFK en Nueva York), donde Ferrovial ya juega en primera división gracias a su participación en la Nueva Terminal 1 de ese aeropuerto. Su objetivo: convertirse en socio clave en el desarrollo del aeropuerto de Newark, modernizando una terminal que lleva en pie desde 1973 y que está ya pidiendo a gritos una puesta a punto.
La Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey ya ha desbloqueado partidas para planificar el rediseño del aeropuerto dentro del Plan Visión Newark, que busca mejorar accesos, aparcamientos, oferta hotelera y pistas. Y tiene sentido: la Terminal B se construyó para 6,8 millones de pasajeros al año y en 2023 recibió 12,3 millones. Así no hay quien vuele sin retrasos.
Ferrovial ya está hablando con la Autoridad Portuaria para cuadrar números y encontrar la fórmula financiera ideal. También se mueve para cerrar alianzas con otros players. Aunque su posición como accionista principal del JFK le da ventaja, la competencia promete ser dura: Vantage Airport ya está metido en el JFK y en LaGuardia, y Aena también observa el proyecto, aunque con menos intensidad.
El modelo JFK, pero en Newark
Ferrovial entró a lo grande en el JFK en 2022, comprando el 51% del 96% de New Terminal One (por más de 1.000 millones de euros) al fondo Carlyle. Con eso se quedó con casi el 49% del proyecto, que tendrá una inversión total de 9.500 millones de dólares y se convertirá en la mayor terminal del JFK. La primera fase terminará en 2026 y la concesión llega hasta 2060.
En Newark todavía no hay un presupuesto oficial para la Terminal B, pero se espera que cueste varios miles de millones. Solo en 2023, la Autoridad Portuaria aprobó 9.400 millones de dólares para mejoras en varios aeropuertos, entre ellos JFK y Newark.
Ferrovial busca replicar el modelo neoyorquino, financiando a partes iguales entre el sector público y el privado. Y tiene músculo para hacerlo: acaba de hacer caja con la venta de sus aeropuertos en Reino Unido (Heathrow, Aberdeen, Glasgow y Southampton), una operación que le dejará más de 3.000 millones de euros.
Más proyectos en el radar para Ferrovial
Con este capital fresco y una posición sólida en los mercados, Ferrovial también se está moviendo en otros frentes. Ha aumentado su participación en la autopista 407 ETR en Toronto y está compitiendo por nuevas ‘managed lanes’ en Estados Unidos.
¿Y fuera de América? También. Está mirando de reojo al Aeropuerto de Perth en Australia, lo que supondría su regreso al país oceánico después de haber estado en Sídney entre 2002 y 2007.
Junta en Ámsterdam y rumbo definido
Hoy, Ferrovial celebra su junta de accionistas en el museo H’ART de Ámsterdam, su nueva casa desde que trasladó su sede a Países Bajos. Tocará votar la reelección del presidente Rafael del Pino, su vicepresidente Óscar Fanjul, y otros miembros del consejo como María del Pino o Alicia Reyes Revuelta.
Lo que está claro es que Ferrovial ha pisado el acelerador en Estados Unidos, y Newark podría ser su siguiente gran golpe. De momento, todo está sobre la mesa, pero la compañía ya ha demostrado que sabe moverse entre terminales.
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