BBVA admite que podría retirar la OPA sobre Sabadell tras la venta de TSB

BBVA y Banco SabadellBBVA y Banco Sabadell

BBVA ha reconocido ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que podría retirar su oferta pública de adquisición (OPA) sobre Banco Sabadell tras la decisión de la entidad catalana de vender su filial británica TSB al Santander y aprobar un megadividendo de 2.500 millones de euros. El banco presidido por Carlos Torres señala que, conforme al artículo 33.1.d) del Real Decreto 1066/2007, podría desistir de la oferta con el visto bueno del regulador.

El consejero delegado, Onur Genç, ya había anticipado el 31 de julio que “no hay garantías de nada” y que todos los escenarios permanecían abiertos. La normativa permite retirar una OPA si se producen cambios sustanciales en las condiciones, como los remedies de la CNMC o la resolución del Gobierno que impide la fusión durante tres años, ampliables a cinco.

Revisión de ahorros y calendario incierto

En el documento remitido a la CNMV, BBVA reitera su intención de tomar el control de Sabadell para integrarlo y maximizar las sinergias, pero reconoce que la condición gubernamental retrasará los ahorros de costes y de financiación. La entidad está revisando sus estimaciones, que inicialmente fijaban las sinergias en 850 millones de euros anuales: 450 millones por tecnología y administración, 300 millones por personal y 100 millones en financiación.

El banco señala que abordará la fusión “tan pronto como sea posible” cuando venza la restricción del Consejo de Ministros, lo que dependerá también de la aprobación del Ministerio de Economía y de los órganos de gobierno de ambas entidades. No obstante, advierte de que la integración operativa podría ser “especialmente difícil y compleja”, con más costes y consumo de recursos del previsto.

Falta de información y riesgos

BBVA reconoce que, al no haberse pactado la operación, no tuvo acceso a información confidencial de Sabadell y que sus cálculos se basan en datos públicos, lo que implica que su análisis “puede no ser completo en todos sus aspectos”.

Entre los riesgos que identifica figuran litigios, saneamientos imprevistos, dificultades para retener y motivar al personal clave, y un posible impacto negativo en clientes, proveedores y socios, que podrían posponer contratos o incluso terminar relaciones comerciales.

El banco también advierte de que la retirada de la OPA, o la imposibilidad de completarla, dañaría su reputación y podría provocar reacciones adversas entre inversores y empleados.

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