Puma ha presentado un notable descenso en sus ganancias. La firma deportiva alemana reportó un beneficio neto de 129,3 millones de euros durante la primera mitad del año, lo que representa una disminución del 25% en comparación con el mismo periodo de 2023, según informó la empresa el miércoles.
Entre abril y junio de 2024, el trimestre más reciente, Puma experimentó una caída del 23,8% en su beneficio neto, alcanzando 41,9 millones de euros. Las ventas en este periodo sumaron 2.117,3 millones de euros, una leve disminución del 0,2% respecto al año anterior.
En términos semestrales, las ventas de Puma se situaron en 4.219 millones de euros, marcando un retroceso del 2,1% en comparación con el ejercicio previo.
El mayor impacto negativo se ha registrado en Europa, Oriente Próximo y África (EMEA), donde la facturación descendió un 3,2% hasta alcanzar 1.673 millones de euros. En América, las ventas cayeron un 0,7% a 1.677 millones, mientras que en Asia-Pacífico, se observó una disminución del 2,3%, alcanzando 868,5 millones de euros.
Consecuencias
Estos resultados han llevado a Puma a revisar a la baja sus previsiones anuales. La compañía ha mantenido su objetivo de un crecimiento de ventas de un dígito medio, ajustado por el tipo de cambio, pero ha reducido sus expectativas para el resultado operativo (EBIT) a un rango de 620 a 670 millones de euros, frente a la previsión anterior de entre 620 y 700 millones.
Arne Freundt, consejero delegado de Puma, afirmó: «Con nuestro desempeño operativo del segundo trimestre, hemos cumplido plenamente con nuestras previsiones para el trimestre y estamos en buen camino para alcanzar nuestras metas anuales.»
Sin embargo, el mercado ha reaccionado negativamente ante estos informes. Los títulos de Puma experimentaron una caída de hasta un 14,2% en la apertura de la Bolsa de Fráncfort, cotizando a 36,24 euros por acción, frente a los 41,44 euros de la jornada anterior.
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