GettyFord vuelve a estar en el foco tras una nueva llamada a revisión. Este miércoles, sus acciones cayeron un 2,90% en Wall Street después de que la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) informara que la compañía deberá retirar 694.271 vehículos en Estados Unidos por un problema que podría derivar en fugas de combustible con riesgo de incendio.
Según la NHTSA, el defecto está relacionado con un inyector de combustible que podría agrietarse, lo que provocaría una fuga interna dentro del compartimento del motor. El organismo advierte de que, si el combustible entra en contacto con una fuente de ignición —como un motor caliente o los componentes del sistema de escape—, el riesgo de incendio aumenta considerablemente.
La solución de Ford sigue en desarollo
Por ahora, la solución definitiva sigue en desarrollo, aunque Ford ya ha anunciado que, como medida inicial, los concesionarios actualizarán gratuitamente el software de control del motor. La NHTSA tiene previsto enviar notificaciones a los propietarios afectados el próximo 18 de agosto.
Este nuevo incidente se suma a otros episodios similares protagonizados por la compañía en los últimos meses. En mayo de este mismo año, Ford ya tuvo que retirar del mercado 273.789 vehículos por un fallo de fabricación relacionado con los frenos.
Con esta nueva llamada a revisión, Ford vuelve a verse presionada en un contexto en el que la industria automovilística enfrenta crecientes exigencias regulatorias y expectativas de seguridad. El impacto en bolsa subraya la sensibilidad del mercado ante los problemas de fiabilidad técnica y su efecto directo en la confianza de los inversores.
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