La debilidad del mercado de coches eléctricos está obligando a los fabricantes a reevaluar sus ambiciosas inversiones en este sector. Mientras en Europa ya se han visto cancelaciones de plantas en Stellantis, ajustes en los planes de Audi y demoras en los objetivos de Mercedes-Benz, en Estados Unidos, Ford también está reconsiderando su estrategia.
Este miércoles, la compañía anunció la cancelación de un SUV totalmente eléctrico de tres filas de asientos que había planificado, el retraso en el lanzamiento de una pickup eléctrica y la demora en la apertura de la fábrica que la produciría. Además, Ford reducirá su inversión en electrificación, destinando ahora solo el 30% de su presupuesto anual a este segmento, en lugar del 40% previsto inicialmente.
Estos cambios en la estrategia le costarán a Ford aproximadamente 1.900 millones de dólares. De esta cifra, 400 millones se destinarán a la reevaluación de los activos que iban a ser utilizados para la producción del SUV eléctrico, mientras que los 1.500 millones restantes se relacionan con gastos adicionales en la adaptación de la producción y costes asociados a la cancelación del proyecto.
La planta canadiense que iba a fabricar el SUV pasará a producir pickups de combustión interna, un segmento altamente rentable para la compañía, según informa Bloomberg. Jim Farley, CEO de Ford, comentó sobre la cancelación del SUV eléctrico, señalando que aunque apreciaban el proyecto, no había forma de que fuera rentable.
Esta decisión se suma a otros movimientos similares que la compañía ha tomado en los últimos años. Farley, quien asumió la dirección de Ford hace cuatro años, inicialmente impulsó fuertemente la electrificación, pero ante las bajas ventas y las crecientes pérdidas, la estrategia comenzó a cambiar. Ford anticipa que su división de coches eléctricos registrará pérdidas de 5.500 millones de dólares este año.
El año pasado, Ford ya había congelado nuevas inversiones en electrificación, incluyendo la planta de Almussafes en Valencia. Sin embargo, en junio, la compañía fabricó su primer coche eléctrico en Europa, concretamente en la planta de Colonia, Alemania, una instalación que recibió una inversión de 2.000 millones de dólares para producir el Ford Explorer eléctrico.
Además de los recortes en su estrategia eléctrica, Ford también revisará su enfoque en el suministro de baterías, con el objetivo de competir mejor con los fabricantes chinos que ofrecen precios más bajos. Farley pretende que para 2027, Ford pueda ofrecer coches eléctricos a precios similares a los de combustión y que estos modelos sean rentables un año después de su lanzamiento. Tras el anuncio de estos cambios, las acciones de Ford subieron un 1,59% en las negociaciones previas a la apertura de Wall Street, aunque en lo que va de año, han caído un 12%.
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