El gobierno francés está considerando la adquisición de una participación pública en el sector de la «salud del consumidor» que la gigante farmacéutica Sanofi está por vender al fondo estadounidense Clayton Dubilier & Rice (CD&R). El objetivo es proteger empleos y la producción en Francia.
Competencia entre grandes fondos
CD&R está cerca de adquirir una participación del 50% en la división Opella, después de derrotar a su rival francés PAI Partners en un acuerdo que, según Bloomberg, tendría un valor de aproximadamente 15.000 millones de euros. La división comercializa medicamentos de venta libre, entre ellos el analgésico Doliprane, el medicamento más utilizado en Francia.
Preocupaciones del Estado
«Los compromisos que exigiremos no solo serán muy precisos, sino que incluirán garantías, sanciones y los medios para adquirir participaciones, lo que nos permitirá asegurar la estrategia adecuada en términos de salud y soberanía industrial para el país», declaró el lunes el ministro de Finanzas Antoine Armand.
Las acciones de Sanofi subieron un 1,3% (101 euros) en la Bolsa de París en la tarde del 14 de octubre de 2024.
La operación de Sanofi
El anuncio de la posible venta a un fondo de inversión estadounidense de una filial de la farmacéutica francesa Sanofi, que controla alrededor de un centenar de medicamentos, incluido el más vendido en Francia, provocó este viernes una reacción crítica unánime en la clase política del país.
Sanofi, la gran multinacional farmacéutica francesa, informó que ha iniciado negociaciones exclusivas con el fondo estadounidense CD&R para vender el 50 % y el control de su filial Opella.
Esta filial, que emplea a 11.000 personas y opera en 150 países, gestiona aproximadamente cien medicamentos de venta libre, entre los que destaca el Doliprane (paracetamol), el más vendido en Francia.
Según el diario económico Les Echos, CD&R habría ofrecido 15.500 millones de euros por esa participación mayoritaria en Opella. Sanofi pretende destinar esos fondos a la investigación de nuevos medicamentos y vacunas innovadoras, de carácter estratégico y con mayor potencial de rentabilidad.
El Gobierno reaccionó con cautela, y los ministros de Economía e Industria, Antoine Armand y Marc Ferracci, respectivamente, declararon en un comunicado que exigirán que Opella mantenga «su sede y centros de decisión en territorio nacional», además de conservar su base industrial en el país.
Sin embargo, figuras políticas de todo el espectro ideológico expresaron su oposición a la operación, recordando la escasez de paracetamol que afectó a Francia y Europa durante los peores momentos de la pandemia de COVID-19.
Un grupo de unos sesenta diputados de centro y derecha, principales aliados del Gobierno, enviaron una carta al Ejecutivo advirtiendo que la transacción es «muy preocupante» para la seguridad nacional.
Operación sensible
«Cuando se trata de una operación sensible en un sector estratégico, como la producción de medicamentos», el Estado «tiene la capacidad de controlar una inversión extranjera y decidir si es necesario bloquearla», dijo el diputado Charles Rodwell, quien impulsó la carta, en una entrevista con el canal BFM. «No permitiremos que Sanofi venda Opella a un fondo estadounidense sin garantías», afirmó, subrayando que el Doliprane y otros medicamentos son «esenciales para las familias francesas».
Rodwell recordó que en 2022 se vendieron 1.524 millones de cajas de Doliprane en Francia.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Economía de la Asamblea Nacional, Eric Coquerel, del izquierdista La Francia Insumisa (LFI), señaló que hace años se dejó de fabricar en Francia los componentes necesarios para producir paracetamol, y que esta operación genera nuevas dudas sobre «la soberanía en la producción de medicamentos».
Fabien Roussel, secretario nacional del Partido Comunista, fue mucho más crítico al afirmar: «El número uno de nuestro botiquín, indispensable en nuestra vida diaria, pasará a manos estadounidenses. Una vergüenza. Otro símbolo de la pérdida de nuestra soberanía».
Jordan Bardella, presidente de la ultraderechista Agrupación Nacional (RN), lamentó en X que «la venta de Francia en partes continúa con la cesión de Opella» y pidió una intervención del Gobierno, advirtiendo que los riesgos para la soberanía sanitaria y el empleo son considerables.
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