Goldman Sachs ha lanzado una advertencia clara: frenar el despliegue de nuevas renovables en España hasta que no se modernice el sistema eléctrico. En su último informe, el banco de inversión subraya que el sistema necesita más capacidad de almacenamiento, tecnologías de sincronización y reservas operativas rápidas para poder integrar de forma segura tanta generación verde.
La entidad propone incluso establecer límites temporales a la entrada de generación no síncrona como la solar y la eólica en los momentos en que no haya respaldo dinámico suficiente, lo que identifica como una de las causas clave del apagón del pasado 28 de abril.
El apagón del 28 de abril, punto de inflexión
Ese día, la combinación de solar y eólica alcanzó un 86% del mix eléctrico, una cifra muy por encima del umbral de seguridad estimado en torno al 65%. Con una red que no estaba preparada para gestionar ese nivel de renovables sin suficiente capacidad de respuesta rápida, el sistema colapsó en menos de un minuto ante las fluctuaciones de voltaje y frecuencia. Las centrales de gas, que normalmente sirven de respaldo, no reaccionaron a tiempo.
El mensaje de Goldman es claro: “limitar la entrada masiva de renovables en determinadas condiciones puede ser imprescindible para evitar riesgos”. Aun así, matiza que la medida sería temporal. “No esperamos que este apagón frene el desarrollo de la solar o la eólica, pero sí que acelere los cambios regulatorios”, señala el informe.
Más estabilidad, no menos renovables
Tras el incidente, la generación renovable diaria ha caído, reflejo de una operación más prudente por parte del sistema. Tanto las autoridades como los operadores eléctricos trabajan ya en nuevos mecanismos de respaldo, regulación revisada y modelos que prioricen la estabilidad sin comprometer la transición energética.
Goldman Sachs insiste en que esta evolución debe apoyarse en ejemplos internacionales como la Solar Package I alemana, un conjunto de medidas aprobadas en 2024 para acelerar el desarrollo fotovoltaico sin poner en riesgo la estabilidad de la red. Entre sus claves están:
Incentivos a instalaciones con baterías
Digitalización para mejorar la gestión distribuida
Participación ciudadana y empresarial
Simplificación regulatoria
Medidas similares a las que el Gobierno español acaba de introducir por decreto, y que apuntan a un modelo más robusto, no solo más verde.
Regreso estratégico a Redeia
En paralelo a este posicionamiento sobre el sistema eléctrico, Goldman Sachs ha vuelto al capital de Redeia (la antigua Red Eléctrica Española) 17 años después. Ha adquirido un 3,404% del capital, equivalente a más de 17,3 millones de acciones, justo antes del reparto de dividendo.
Eso sí, la operación llega en un momento delicado: la empresa podría enfrentarse a una rebaja en su calificación crediticia, tras no haber podido evitar el apagón de abril. Aun así, la compañía que preside Beatriz Corredor ha incrementado de forma notable su inversión en redes en los últimos años, en línea con las exigencias de la transición energética.
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