Indra ha consolidado el apoyo de casi la mitad de su accionariado para sacar adelante la fusión con Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), en un movimiento clave para reforzar su posición como líder en el sector de defensa nacional. Según elEconomista, la tecnológica cuenta con el respaldo de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que ostenta el 28% del capital; de Escribano, propietario de un 14,3%; y del presidente de Prisa, Joseph Oughourlian, que a través de Amber Capital controla otro 7,24%.
Con esta suma, Indra alcanzaría un 49,54% del capital favorable a la operación. La única voz crítica es Sapa Placencia, accionista con un 8%, que podría perder su asiento en el consejo si no acude a la ampliación de capital prevista.
La fusión, cuya viabilidad encargó hace meses Marc Murtra a KPMG, contemplaría una valoración de alrededor de 1.000 millones de euros para Escribano, con sede en Alcalá de Henares. El acuerdo se materializaría mediante una ampliación de capital e intercambio de acciones, permitiendo a la familia Escribano elevar su participación en Indra hasta cerca del 30%, justo por debajo del umbral que obliga al lanzamiento de una OPA.
Un proceso en marcha
Indra confirmó el pasado viernes a la CNMV su intención de explorar alianzas en defensa, citando expresamente a Escribano como una opción bajo análisis, aunque insistió en que no hay decisiones formales más allá de las comunicadas.
El consejero delegado, José Vicente de los Mozos, liderará la operación dentro de Indra, mientras que Ángel Escribano, actual presidente de la compañía, y su hermano Javier, consejero dominical, se mantendrán al margen de las deliberaciones para cumplir con las normas de Buen Gobierno.
El consejo de administración tiene previsto reunirse este miércoles en sesión ordinaria, donde, aunque inicialmente no estaba en el orden del día, podría tratarse la fusión debido a su relevancia.
Crecientes tensiones con Sapa
La fusión no solo agita el mapa accionario de Indra. También ha recrudecido el enfrentamiento con Sapa, especialmente por las diferencias surgidas en el desarrollo de los blindados 8×8 contratados por el Ministerio de Defensa.
Si la ampliación de capital sigue adelante, Sapa podría ver reducida su participación por debajo del 5%, quedando así fuera del consejo. Esta tensión se ha materializado ya en cambios internos, con la salida de varios directivos próximos a Sapa: Sebastián Laiseca, Pedro Fuster y Miguel Ángel Morell, sustituidos por perfiles de confianza del nuevo equipo directivo.
La operación con Escribano marcará un antes y un después en el futuro de Indra, mientras las espadas siguen en alto en su enfrentamiento con Sapa.
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