Indra y Escribano Mechanical & Engineering (EME) han dado un nuevo paso hacia su posible fusión con la contratación de asesores financieros. Indra ha fichado a PwC, mientras que Escribano ha optado por KPMG y JP Morgan, según han confirmado fuentes financieras cercanas al proceso.
La decisión de estudiar esta integración se tomó el pasado noviembre, bajo la presidencia de Marc Murtra. Tras su relevo por Ángel Escribano el pasado 19 de enero, el nuevo presidente decidió continuar con la operación, aunque sin cerrar la puerta a otras alternativas. Dado que los hermanos Ángel y Javier Escribano controlan ya un 14,3% del capital de Indra, han optado por no participar en las deliberaciones ni en las votaciones relativas a la fusión por razones de buen gobierno corporativo. Por ello, la operación será liderada por el consejero delegado de Indra, José Vicente de los Mozos, tal y como comunicó la compañía al mercado el pasado 24 de abril.
Un valor añadido para Indra
Durante una reciente conferencia con analistas, De los Mozos afirmó que la integración de Escribano aportaría «valor añadido» a Indra, que también está estudiando la adquisición de hasta veinte empresas españolas y europeas. Subrayó que esta operación se encuentra aún en una fase muy preliminar, pero que podría permitir a Indra avanzar hacia una fabricación en serie y mejorar su integración vertical en el área de vehículos terrestres.
En cuanto al posible conflicto de interés, De los Mozos aseguró que se respetarán todos los procedimientos de gobernanza, dado que Javier Escribano es a la vez presidente de EME y consejero de Indra. El consejero delegado ha pedido al consejo de administración que supervise todo el proceso. La operación se plantea como una ampliación de capital con un intercambio de acciones, valorando a Escribano en torno a 1.000 millones de euros.
De salir adelante, Escribano alcanzaría el 30% del capital de Indra, equiparándose a la Sepi (28%) y evitando así el umbral legal para lanzar una OPA. Actualmente, el proyecto contaría con el respaldo del 50% del accionariado, incluyendo el de la Sepi, Amber Capital (7,24%) y los propios Escribano. La única oposición identificada por el momento es la de Sapa, propietaria del 8%, que podría ver diluida su participación por debajo del 5% tras la ampliación.
Prevéen facturar 5200 millones en 2025
Fuentes próximas a la operación defienden que la integración aceleraría el crecimiento de Indra, que prevé facturar 5.200 millones en 2025, un 11% más que el año anterior. El plan estratégico apunta a alcanzar los 10.000 millones de ingresos para 2030, aunque también ha sido rechazado por Sapa.
La entrada de Escribano permitiría a Indra incorporarse plenamente al negocio de la munición y el armamento, en un contexto marcado por el aumento del gasto en defensa en Europa, con el objetivo de alcanzar el 2% del PIB en este ámbito. No obstante, para avanzar en esta dirección, Indra deberá modificar sus estatutos, un cambio ya aprobado por el consejo de administración pero pendiente de ratificación en la junta de accionistas.
Indra ya había intentado previamente entrar en el sector armamentístico con la fallida adquisición de la fábrica de armas de Trubia (Asturias), propiedad de General Dynamics, que fue finalmente descartada por el grupo estadounidense.
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