El grupo bancario neerlandés ING anunció la venta de su filial rusa, ING Bank (Eurasia) JSC, a la compañía Global Development JSC, con sede en Moscú.
La propia empresa confirmó que este conlleva una pérdida de 400 millones de euros y supondrá un impacto de aproximadamente 700 millones de euros en los resultados netos de ING después de impuestos.
La transacción todavía está sujeta a las aprobaciones regulatorias pertinentes y se espera que quede completada en el tercer trimestre del año.
Global Development, especializada en servicios de “factoring”, adquirirá la totalidad de las acciones de ING Bank (Eurasia) JSC, asumiendo las operaciones y al personal existente en Rusia.
Se prevé que, tras el traspaso, se produzca el lanzamiento de una nueva marca para continuar ofreciendo servicios a sus clientes en el país.
La lenta salida de ING
Esta decisión pone fin a un proceso que ING inició tras la invasión rusa a Ucrania en 2022. Desde entonces, la entidad bancaria había dejado de realizar nuevos negocios con empresas rusas, reduciendo gradualmente sus operaciones en el país.
Según datos proporcionados por el banco, la exposición total de préstamos a clientes rusos disminuyó en más del 75 % desde el inicio del conflicto.
La salida de ING de Rusia se suma a la larga lista de multinacionales que han abandonado el país debido a las sanciones internacionales y la presión global tras el estallido de la guerra.
Sin embargo, el proceso para ING fue más largo, ya que el cierre inmediato de sus operaciones habría implicado pérdidas significativas para el banco.
Pese a la venta del banco, la entidad tendrá que seguir avanzando en su estrategia de minimizar los riesgos asociados a su exposición en Rusia.
Todavía mantienen aproximadamente 1.000 millones de euros en préstamos a clientes rusos registrados en otras filiales fuera del país.
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