Kering sigue sintiendo el impacto de la desaceleración en la industria del lujo. El grupo francés, controlado por la familia Pinault, ha registrado una caída del 14% en sus ventas durante el primer trimestre de 2025, lastradas principalmente por el fuerte retroceso de Gucci, su firma insignia.
El grupo cerró el periodo con unos ingresos de 3.885 millones de euros, frente a los 4.504 millones del mismo trimestre de 2024. Gucci, que tradicionalmente ha sido el motor de crecimiento del conglomerado, vio caer sus ventas un 24%, hasta los 1.571 millones de euros. Esta cifra contrasta con los más de 2.000 millones alcanzados en el primer trimestre del año anterior.
En un intento por reactivar la marca, Gucci anunció a mediados de marzo el nombramiento del diseñador Demna como nuevo director creativo, tras su etapa en Balenciaga.
Mientras tanto, otras marcas del grupo presentaron resultados dispares:
Yves Saint Laurent redujo sus ventas un 8%
Bottega Veneta aumentó un 4%
Kering Eyewear también creció un 4%
François-Henri Pinault, presidente y consejero delegado, reconoció que “Kering ha tenido un comienzo de año difícil”, pero aseguró que están “centrados en ejecutar nuestros planes de acción para alcanzar nuestros objetivos estratégicos y financieros”. Añadió que la compañía está “aumentando la vigilancia para hacer frente a las dificultades macroeconómicas” y se mostró convencido de que el grupo “saldrá fortalecido” de esta etapa.
El grupo no ha detallado aún los resultados de rentabilidad del trimestre, pero sí informó de una caída del 16% en ventas a través de tiendas propias. Por regiones, las ventas descendieron:
Asia-Pacífico: -25%
Europa Occidental: -13%
Norteamérica: -13%
Japón: -11%
Durante el trimestre, Kering cerró 25 tiendas propias, dejando su red en 1.788 puntos de venta. El canal wholesale también sufrió, con un descenso del 9%.
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