La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) decidió congelar las tarifas aeroportuarias que Aena cobra a las aerolíneas para 2025.
Desde la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), la decisión fue recibida con optimismo: «valoramos positivamente la congelación de las tarifas porque favorece unas tasas más eficientes y competitivas, lo que redunda positivamente en la actividad aérea».
Aseguran que la medida beneficia tanto a las aerolíneas como a los pasajeros. Por otro lado, Aena, la gestora de los aeropuertos, no comparte esta postura.
La empresa defendió en repetidas ocasiones que las tarifas actuales son «las más bajas de toda Europa».
De hecho, en julio propuso un aumento del 0,54%, lo que habría implicado un incremento de cinco céntimos por pasajero.
Esta subida se habría aplicado sobre el Ingreso Máximo por Pasajero Ajustado (IMAAJ), situándolo en 10,40 euros.
A pesar de ello, la CNMC decidió mantener las tarifas en 10,35 euros por pasajero para 2025.
¿Por qué no se subieron las tarifas?
La decisión de la CNMC se produce en un contexto de récord de beneficios para Aena, que registró ganancias de 1.449,8 millones de euros hasta septiembre de este año, un aumento del 27,3% respecto al mismo período de 2023.
La empresa también alcanzó ingresos de casi 4.400 millones de euros, impulsados por el crecimiento del tráfico aéreo.
El presidente de Aena, Maurici Lucena, resaltó que las tarifas españolas son las más bajas de Europa, gracias a una reducción del 31% entre 2015 y 2023.
Sin embargo, la CNMC moduló la variación de tarifas para equilibrar los ingresos y los costos, resultando en incrementos en algunos servicios, como el aterrizaje y la seguridad, y reducciones en otros, como el uso de infraestructuras
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