La Comisión Europea coloca 7.000 millones en bonos a 20 años con una demanda récord

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La Comisión Europea cerró una nueva emisión de deuda por 7.000 millones de euros, correspondiente a su quinta operación sindicada de 2025.

El bono, con vencimiento el 12 de octubre de 2045, registró una demanda muy superior a la oferta, alcanzando los 60.000 millones de euros en órdenes, lo que supone una sobresuscripción de nueve veces.

La operación, aunque presentada inicialmente como a doble tramo, se estructuró finalmente como una única emisión a 20 años, con un precio del 99,190% y un rendimiento de reoferta del 3,809%.

Esta excelente acogida reafirma la confianza de los inversores internacionales en la solidez financiera de la Unión Europea como emisor.

Los fondos recaudados servirán para nutrir diversos programas clave de la política comunitaria.

En particular, se destinarán a la financiación de los planes de recuperación y resiliencia diseñados para mitigar los efectos económicos de la pandemia, así como al respaldo continuo a Ucrania en el contexto de la guerra.

Los recursos de la Comisión Europea

Con esta nueva operación, la Comisión alcanzó ya los 65.000 millones de euros emitidos en lo que va de año, acercándose al objetivo de 90.000 millones establecido para el primer semestre de 2025.

La próxima cita en el calendario de emisiones será el 19 de mayo, con una subasta adicional de bonos de la UE.

El éxito de esta emisión no solo evidencia la solidez del marco de financiación comunitario, sino que también confirma el papel de la Unión como actor relevante en los mercados de capitales globales.

Esta estrategia permite canalizar recursos hacia la transformación verde, digital y social de los Estados miembro, en línea con las prioridades establecidas por Bruselas.

La colocación refuerza además la reputación de los bonos de la UE como activos seguros y líquidos, incluso en un entorno macroeconómico marcado por la volatilidad.

La fuerte demanda obtenida ratifica el atractivo del instrumento a largo plazo y la percepción positiva del riesgo soberano europeo.

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