Francia vive horas decisivas mientras el primer ministro, Michel Barnier, enfrenta una moción de censura que podría hacerlo pasar a la historia como el primer jefe de Gobierno en caer por este procedimiento en más de 60 años. La jugada de activar el polémico artículo 49.3 de la Constitución para aprobar los presupuestos de la Seguridad Social por decreto ha desatado una tormenta política que pone en jaque al Elíseo y al propio presidente, Emmanuel Macron.
Barnier bajo presión
Michel Barnier, conocido como «el gran negociador» tras su papel clave en el Brexit, ha pasado de arquitecto de acuerdos internacionales a ser el epicentro de una crisis doméstica sin precedentes. Ayer, en la Asamblea Nacional, lanzó un mensaje claro a los legisladores: «La situación es muy difícil a nivel económico, social y presupuestario».
El movimiento del 49.3 ha unido, paradójicamente, a la derecha de Marine Le Pen (Agrupación Nacional) y a la izquierda de Francia Insumisa, liderada por Jean-Luc Mélenchon, en su deseo de derrocar al Gobierno. Sin embargo, este inusual frente común podría fracturarse en el último momento.
La matemática política del día D
Para que la moción de censura prospere, se necesitan 288 votos en una Asamblea Nacional de 577 diputados. Hasta ahora, los cálculos apuntan a que la suma de la izquierda (192 votos), los 16 diputados gaullistas de la UDR y los 124 de RN alcanzaría los 332 votos necesarios para la mayoría absoluta.
Si se confirman estas cifras, Barnier sería destituido, lo que obligaría a Emmanuel Macron a formar un nuevo Gobierno, probablemente tecnócrata, liderado por Sebastien Lecornu, actual ministro de Defensa. Sin embargo, Macron no podrá disolver la Asamblea hasta que pase un año desde las elecciones legislativas, limitando sus opciones estratégicas.
Le Pen: ¿reina o peón del tablero político?
Marine Le Pen, que parece tener la sartén por el mango, enfrenta su propio dilema. Aunque el derrocamiento de Barnier fortalecería su posición política, su partido podría salir debilitado en un posible reordenamiento de fuerzas en la Asamblea Nacional, donde el centro y parte de la izquierda podrían acercarse y dejar más aislada a RN.
A esto se suma su delicada situación legal. Le Pen y 24 figuras clave de su partido enfrentan cargos de malversación de fondos europeos, con un juicio cuyo veredicto se espera para marzo de 2025. Si es declarada culpable, no podrá presentarse a las elecciones presidenciales de 2027.
El reloj avanza
Con la votación prevista para hoy y el plazo de negociación abierto hasta las 16:00 horas, todo apunta a que el resultado dependerá de las decisiones de última hora. Los expertos señalan que Le Pen podría retroceder si calcula que la caída de Barnier no garantiza el fortalecimiento de su partido.
En este clima de incertidumbre, la crisis en Francia trasciende el enfrentamiento entre Gobierno y oposición. El desenlace marcará no solo el futuro de Michel Barnier, sino también el de Macron y la propia estabilidad institucional del país.
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