La inflación registró en julio un incremento interanual del 2,7%, lo que supone cuatro décimas más que en junio, según los datos definitivos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Este repunte, que confirma el avance difundido a finales del mes pasado, encadena dos meses consecutivos de alzas tras el aumento de tres décimas registrado en junio.
El organismo estadístico atribuye la subida, en primer lugar, al encarecimiento de la electricidad respecto a la fuerte bajada que se produjo en julio de 2024.
En menor medida, también influyó el mayor aumento de los precios de los carburantes en comparación con el mismo mes del año anterior.
Por grupos, vivienda elevó su tasa anual 2,5 puntos, hasta el 6,7%, debido al encarecimiento de la electricidad.
En transporte, el avance fue de un punto, hasta el 0,2%, impulsado por el alza de carburantes y lubricantes para vehículos personales.
El análisis de la inflación
El Ministerio de Economía, Comercio y Empresa ha valorado que esta evolución de los precios «es compatible con un fuerte dinamismo de la economía española, que se mantiene como motor de crecimiento entre los principales países europeos».
Además, subraya que «la estabilidad de los precios, el récord en creación de puestos de trabajo y las subidas de los salarios están permitiendo a las familias recuperar de forma progresiva su poder adquisitivo».
En cuanto a la inflación subyacente —que excluye alimentos no elaborados y energía—, el índice se situó en el 2,3%, una décima más que en junio y cuatro décimas por debajo de la tasa general.
Entre los componentes que moderaron el avance de los precios destaca el comportamiento de los alimentos no elaborados, que restaron medio punto a la inflación.
El Ministerio apunta que el aceite de oliva acumula ya una caída del 50% desde su máximo de abril de 2024, lo que lo sitúa en niveles similares a los de 2022, antes de la última sequía.
Con este comportamiento, España mantiene una inflación controlada en el contexto europeo, al tiempo que modera algunos de los incrementos más sensibles para el consumo doméstico.
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