La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) rebajó sus previsiones de crecimiento económico para España en 2025 y 2026, situándolas en el 2,4% y 1,9% respectivamente.
Esta corrección de dos décimas marca la primera revisión a la baja desde noviembre de 2023, cuando se estimaba un avance del 1,4% para 2024, por debajo de las previsiones del Gobierno.
A pesar del ajuste, España sigue destacando entre las economías avanzadas.
En su anterior informe, publicado en marzo, fue el único país que evitó recortes y mejoró su proyección hasta el 2,6%.
Ahora, la organización internacional advierte de una moderación en el crecimiento, condicionada por la desaceleración de las exportaciones, afectadas por una menor demanda internacional y los aranceles de Estados Unidos, que alcanzan hasta el 25% en sectores como el automóvil y el acero.
La OCDE subraya que “la exposición directa de España es limitada”, dado que las exportaciones a EEUU representaron apenas el 1% del PIB en 2024.
No obstante, señala que sectores como el agroalimentario o la maquinaria podrían resentirse.
Las observaciones de la OCDE
La demanda interna será el motor principal de crecimiento, impulsada por un mercado laboral robusto, el aumento de los ingresos reales y el elevado ahorro de los hogares.
En este contexto, se espera una reducción del déficit presupuestario al 2,8% en 2025 y al 2,3% en 2026, frente al 3,2% registrado en 2024.
Esta mejora se apoya en una consolidación fiscal leve y la eliminación progresiva de medidas temporales como los subsidios al transporte público.
En materia de precios, se anticipa que la inflación se modere hasta el 1,9% en 2026, gracias al descenso en los precios de alimentos y energía y la contención de los salarios.
La tasa de paro también continuará bajando, con una previsión del 10,1% para el próximo año.
Finalmente, la OCDE contempla un aumento gradual del gasto en defensa y ayudas a sectores afectados por tensiones comerciales, por valor de 14.000 millones de euros.
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