PIB: La zona euro modera su crecimiento en el segundo trimestre ante tensiones comerciales

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La economía de la zona euro registró un crecimiento moderado (PIB) del 0,1% en el segundo trimestre de 2025, marcando una desaceleración significativa frente al 0,6% alcanzado entre enero y marzo, en plena fase de tensiones comerciales, según ha confirmado este jueves Eurostat.

En términos generales, los Veintisiete registraron un aumento del PIB del 0,2% respecto al trimestre anterior, por debajo del 0,5% observado en los primeros tres meses del año.

La comparación interanual muestra un incremento del 1,4% en la zona euro y del 1,5% en el conjunto de la UE frente al segundo trimestre de 2024.

Entre los países con datos disponibles, Rumanía lideró el crecimiento con un 1,2%, seguida de Polonia con un 0,8%, y España, Eslovenia y Bulgaria, con un avance de 0,7% cada uno.

Por el contrario, Irlanda sufrió un retroceso del 1%, mientras que Alemania e Italia redujeron su actividad un 0,1% en el mismo periodo.

El contexto internacional refleja dinámicas distintas. En Estados Unidos, el PIB creció un 0,7% en el segundo trimestre tras un descenso del 0,1% en los tres meses anteriores, mientras que el Reino Unido avanzó un 0,3%, cuatro décimas menos que la expansión del 0,7% registrada en el primer trimestre.

Proyecciones tras el PIB

Las proyecciones macroeconómicas sugieren un crecimiento contenido en los próximos años. Las últimas estimaciones del Banco Central Europeo (BCE) anticipan que la zona euro crecerá en promedio un 0,9% en 2025, un 1,1% en 2026 y un 1,3% en 2027.

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un aumento del PIB del 1% en 2025 y del 1,2% en 2026.

El desempeño económico refleja la influencia de los factores externos sobre la actividad de la región, con los países más dependientes del comercio internacional mostrando una mayor vulnerabilidad.

No obstante, las proyecciones de crecimiento sostenido, aunque modestas, apuntan a una recuperación gradual, impulsada por la estabilización de los mercados y la mejora de la demanda interna en varios Estados miembros.

Estos resultados subrayan la necesidad de políticas coordinadas que fortalezcan la resiliencia económica y mitiguen los riesgos asociados a la incertidumbre global y las tensiones comerciales que aún afectan a la región.

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