Prada anunció la adquisición total de Versace por 1.250 millones de euros, cerrando un acuerdo definitivo con el grupo estadounidense Capri Holdings, hasta ahora propietario de la icónica firma italiana.
La operación, que culminará en la segunda mitad de 2025, convierte a Prada en propietaria absoluta de una de las casas más influyentes del diseño internacional.
Con esta compra, se estima que el nuevo conglomerado de lujo italiano alcanzará ingresos superiores a los 6.000 millones de euros, fortaleciendo su posición para competir directamente con gigantes como LVMH o Kering, tradicionalmente dominadores del mercado global del lujo.
La adquisición representa un movimiento contrario a la tendencia de los últimos años, en los que históricas marcas italianas, como Gucci o Fendi, pasaron a manos extranjeras.
“Estamos encantados de dar la bienvenida a Versace al grupo Prada y de construir un nuevo capítulo para una marca con la que compartimos un fuerte compromiso con la creatividad, la artesanía y el legado”, expresó Patrizio Bertelli, presidente y CEO de Prada.
El traspaso de Versace
Versace, fundada en 1978 por Gianni Versace, es sinónimo de exuberancia y estilo audaz.
Desde el asesinato del fundador en 1997, su hermana Donatella tomó el mando creativo hasta que, en marzo de 2025, anunció su retirada.
Aunque se aparta del diseño, continuará vinculada como embajadora de la marca: “Versace está en mi ADN y siempre en mi corazón”.
El relevo creativo recayó en Dario Vitale, procedente de Miu Miu —la firma joven de Prada—, quien asume la dirección artística en un momento crucial.
Me siento verdaderamente honrado de unirme a Versace… Es un privilegio contribuir a su crecimiento futuro”, afirmó.
La compra refuerza la apuesta de Prada por preservar y potenciar el legado de las marcas italianas, en un momento en que la industria enfrenta retos globales como el encarecimiento de los aranceles y una demanda más exigente.
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