Startical, la ‘joint venture’ creada a partes iguales por Indra y Enaire, avanza en su ambicioso proyecto de lanzar una constelación de casi 300 nanosatélites para revolucionar la gestión del tráfico aéreo a nivel global. Según su consejero delegado, Juan Enrique González, la compañía prevé comenzar a prestar un servicio rentable entre 2028 y 2030, una vez desplegada la infraestructura orbital necesaria.
Mientras tanto, el camino no está exento de desafíos. Las últimas cuentas de Startical, correspondientes al ejercicio de 2023, recogen unas pérdidas netas de 4,58 millones de euros. La hoja de ruta contempla que los socios sigan financiando las distintas fases del proyecto hasta alcanzar el punto de equilibrio.
El primer hito relevante llegó en marzo de este año, con el lanzamiento del IOD-1 (In-Orbit Demonstrator-1). Aunque se trata de un satélite modesto, su función es clave: validar las capacidades tecnológicas en un entorno real. “Vamos a establecer comunicaciones vía satélite con aviones reales, en tráfico real. Algo que no se ha hecho hasta ahora y que supone un gran paso”, explica González.
El segundo satélite, IOD-2, está previsto para este mismo año, aunque la fecha de lanzamiento aún está por concretar. Podría producirse en el segundo trimestre o ya en julio. Ambos forman parte del proyecto europeo Echoes, que busca evaluar el impacto de esta tecnología en la mejora de la gestión aérea y su posible contribución a la sostenibilidad del sector. El proyecto cuenta con financiación del Mecanismo Conectar Europa (MCE) y el respaldo de la Agencia Ejecutiva CINEA y SESAR Joint Undertaking.
Tecnología con vocación global
La propuesta tecnológica de Startical combina sistemas de vigilancia ADS-B con comunicaciones por radio VHF, cumpliendo con los estándares aeronáuticos. El objetivo: cubrir aquellas zonas, oceánicas o remotas, donde hoy en día no existen infraestructuras de navegación aérea terrestre.
“El despliegue de la constelación será progresivo. No es inmediato, ni sencillo, ni barato. Todo dependerá, entre otras cosas, del coste unitario de cada satélite”, advierte González. La estrategia definitiva, así como el diseño técnico final, se presentará a finales de 2026, cuando la compañía tiene previsto dar a conocer su nuevo plan estratégico.
Este roadmap abordará desde el avance tecnológico y regulatorio hasta la sostenibilidad financiera del modelo. En palabras de su CEO, “el plan de negocio depende de todas estas variables. Para finales de 2026 tendremos una visión más clara de los recursos necesarios y del ritmo al que puede escalar el despliegue”.
Apertura a terceros, sobre la mesa de Startical
Por ahora, Startical sigue bajo control de sus dos socios fundadores, pero no se descarta la entrada de nuevos actores. “Esa decisión corresponderá a Indra y Enaire, y se tomará cuando tengamos una hoja de ruta más definida”, señala González.
El proyecto tiene una clara vocación de rentabilidad y autofinanciación a medio-largo plazo. La compañía ya trabaja para entender en profundidad la tecnología, definir las fases del despliegue y estimar con precisión qué recursos se necesitarán para cada una.
Con esta iniciativa, Startical se posiciona en el cruce entre la industria espacial y la gestión del tráfico aéreo, dos sectores clave en plena transformación. Y aunque la rentabilidad aún queda en el horizonte, los pasos que están dando podrían sentar las bases para un modelo global más eficiente, conectado y sostenible.
© Reproducción reservada