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Celsa, la siderúrgica controlada por los fondos SVP y Attestor desde hace un año, inició un proceso de venta para ceder el 20% de su capital.
La operación se enmarca dentro de los compromisos adquiridos con el Gobierno español en el momento de la compra de la compañía, según recuerda El Economista.
La búsqueda de un nuevo socio está orientada exclusivamente a un inversor industrial español, excluyendo a fondos de inversión.
El proceso comenzó tras una serie de movimientos estratégicos en la empresa, que incluyen la venta de sus activos en Reino Unido y Noruega al fondo Sev.en Global Investments por 600 millones de euros.
A través de este acuerdo, los fondos actuales de Celsa buscan reestructurar la compañía y optimizar su operativa, antes de proceder con la venta parcial de su capital.
Celsa contrató a Citi como asesor para gestionar la venta, mientras que Grant Thornton será la encargada de valorar la compañía, siguiendo su participación en el procedimiento judicial que se realizó el año pasado.
En esa ocasión, la consultora fijó el valor de la empresa en 2.400 millones de euros, aunque este precio podría verse afectado por los cambios en la estructura de la compañía y la venta de activos internacionales.
A pesar de ello, los fondos esperan que la salida de inversores oportunistas y la normalización de la compañía impacten positivamente en su valoración futura.
¿Quiénes quieren a Celsa?
Entre los posibles interesados en adquirir una parte del capital se encuentran compañías como Sidenor, Megasa y Grupo Gallardo Balboa, grandes actores del sector siderúrgico español.
Estos potenciales compradores deberán garantizar un compromiso con el desarrollo industrial de Celsa, en línea con el objetivo de consolidar su posición en el mercado europeo y asegurar su crecimiento a largo plazo.
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