Teka lucha por sobrevivir y reduce su capital 63,6 millones tras la compra por Midea

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Teka acaba de dar otro paso en su lucha por sobrevivir con una nueva reducción de capital, la segunda en tan solo tres años. Después de una primera reducción de 63,7 millones de euros en septiembre de 2021, la empresa ha aprobado ahora una nueva operación por 63,6 millones. Esto se decidió en la Junta General Ordinaria de accionistas el pasado 30 de julio y, según lo publicado en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme), el objetivo es «restablecer el equilibrio entre el capital y el patrimonio de la sociedad, afectado por las pérdidas acumuladas«. Con esta operación, el valor nominal de cada acción se reduce a solo 3 euros, dejando el capital social en 63.705 euros. 

Aunque Teka aún no ha publicado las cuentas de su último ejercicio, la situación financiera de la empresa es delicada. Tanto es así que, en junio, el grupo chino Midea, adquirió Teka Industrial, la división de electrodomésticos de la compañía. Midea ganó la puja frente al fondo saudí Alat, que tenía como cabeza de su división de electrodomésticos a Stefan Hoetzl, antiguo consejero delegado de Teka hasta 2022. 

Teka necesitó la ayuda de BBVA y Santander

La crisis de Teka ya había llevado a bancos como Santander y BBVA a intervenir el año pasado para intentar mantener la viabilidad de la empresa. A pesar de controlar casi el 15% del mercado de electrodomésticos en España y contar con más de 4.000 empleados, con fábricas en Santander, Zaragoza y Granada, la compañía no lograba estabilizarse. Estos bancos dieron a Teka dos nuevos créditos por 20 millones de euros para mantener el flujo de caja necesario y poder pagar a proveedores. 

Teka, que sigue en manos del empresario alemán Maximilian Brönner, no ha presentado aún las cuentas de 2023, pero arrastra importantes pérdidas. Los créditos aprobados por la banca se suman a una refinanciación de la deuda de 96 millones de euros que se firmó en julio de 2022, extendiendo los vencimientos hasta 2028. 

En cuanto a su facturación, Teka cerró 2022 con un crecimiento del 12%, lo cual podría parecer una buena señal. Sin embargo, las pérdidas fueron considerables: 26,2 millones de euros, una cifra muy superior a los 1,7 millones en pérdidas que había registrado en 2021. 

Teka sigue atravesando una tormenta financiera que ha obligado a la empresa a tomar decisiones drásticas para intentar mantenerse a flote. La venta a Midea y las reducciones de capital son solo las últimas piezas de una estrategia que busca darle oxígeno a la compañía. Ahora queda por ver si estas medidas serán suficientes para que Teka pueda volver a ser competitiva en el futuro. 

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