La filial de Telefónica en Chile ha llevado a cabo este miércoles el rescate anticipado y voluntario de parte de sus Bonos Serie Q, emitidos en 2021 por un total de 90.000 millones de pesos chilenos (unos 80,1 millones de euros). La operación se saldó con la aceptación de los tenedores de 10.710 millones de pesos (9,53 millones de euros), lo que representa apenas un 11,9% del total en circulación.
Una aceptación limitada
La compañía había planteado como condición que la oferta debía ser aceptada por al menos el 50% de los bonos, cuyo vencimiento está previsto para marzo de 2026. No obstante, se reservaba el derecho de renunciar a este requisito para dar la operación por válida, opción que finalmente ejerció pese a la baja participación.
Este resultado refleja una moderada disposición de los inversores a desprenderse de sus títulos antes de plazo, probablemente debido a la expectativa de mayores rendimientos si se mantenían hasta vencimiento.
El proceso se realizó a través del sistema valorizador de renta fija de la Bolsa de Comercio de Santiago, aplicando el valor nominal de cada bono y una tasa interna de retorno (TIR) del 17%. El precio de rescate correspondió aproximadamente al 94,09% del valor par de los bonos, pagado en pesos y sin generar intereses adicionales ni reajustes.
En la práctica, los tenedores que optaron por la oferta asumieron un descuento del 5,9% sobre el valor nominal, a cambio de recibir liquidez inmediata.
Estrategia de Telefónica en Chile
El movimiento se enmarca en la estrategia de gestión de deuda y optimización del balance de Telefónica en la región, en un contexto de presión sobre los márgenes de las telecos y de volatilidad en los mercados de financiación. Aunque la cantidad rescatada representa una fracción menor del total emitido, permite a la empresa reducir pasivos y enviar una señal de disciplina financiera al mercado.
La baja tasa de aceptación puede interpretarse como un voto de confianza parcial de los inversores en la capacidad de Telefónica Chile para cumplir con sus compromisos financieros hasta 2026. A su vez, el uso de una TIR elevada (17%) refleja el coste implícito que enfrentan las compañías en Chile para captar o recomprar deuda en un entorno de tipos más altos y mayor exigencia de rentabilidad por parte de los tenedores.
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