Un tribunal de apelaciones en Filadelfia ha fallado a favor de la multinacional alemana Bayer en un litigio relacionado con el herbicida Roundup, comercializado por Monsanto, empresa que Bayer adquirió en 2018. El tribunal rechazó la demanda de David Schaffner, quien alegaba que Monsanto incumplió la ley al no incluir una advertencia sobre el riesgo de cáncer en la etiqueta de Roundup.
Esta decisión podría tener repercusiones significativas, ya que Bayer argumenta que entra en conflicto con sentencias de tribunales de apelaciones federales en San Francisco y Atlanta en casos similares, lo que podría llevar al Tribunal Supremo a intervenir para resolver estas discrepancias. Tras conocerse el fallo, las acciones de Bayer en Fráncfort subieron más del 10%, alcanzando los 29 euros.
Este fallo representa un alivio para Bayer en un período en que las buenas noticias han sido escasas. En noviembre, la compañía sufrió su peor jornada en Bolsa, con una caída del 17,96%, tras dos golpes: un jurado en Misuri ordenó a Bayer pagar 1.560 millones de dólares a demandantes que alegaron haber enfermado por usar Roundup, y la empresa anunció la paralización de un fármaco destinado a reducir el riesgo de accidente cerebrovascular.
El inicio de 2024 no fue mejor. El 29 de enero, las acciones de Bayer cayeron un 4,5% debido a otro revés judicial, esta vez relacionado con un antiguo usuario de Roundup que alegó haber desarrollado cáncer por su uso. Estas disputas legales han obligado a Bayer a incrementar su fondo para cubrir posibles costes legales e indemnizaciones, elevándolo a 16.000 millones de dólares.
Desde que Bayer mostró interés por Monsanto en 2016, culminando la adquisición en 2018 por 63.000 millones de dólares (más de 58.000 millones de euros), la empresa ha perdido más de dos tercios de su valor en Bolsa. Algunos críticos consideran esta compra como una de las peores en la historia, no solo por su alto costo, que llevó a Bayer a endeudarse considerablemente, sino también por los escasos beneficios obtenidos hasta ahora.
El mal desempeño en Bolsa, impulsado tanto por los crecientes costes legales como por la caída en las ventas de productos que contienen glifosato, ha llevado a Bayer a una profunda reestructuración de personal para reducir gastos. La empresa terminó 2023 con casi 100.000 empleados y en el primer semestre de 2024 recortó 3.200 puestos, principalmente entre los directivos. El objetivo es lograr un ahorro de 500 millones de euros en 2024 y extenderlo a 2.000 millones anuales a partir de 2026.
El valor bursátil de Bayer, fabricante de la aspirina y propietario del Bayer Leverkusen, se sitúa actualmente en unos 28.000 millones de euros, lejos de los máximos históricos alcanzados en 2015, cuando valía cinco veces más. El repunte en las acciones este viernes le permitió superar los mínimos de marzo, cuando su cotización cayó por debajo de los 25 euros, un nivel no visto desde 2005, poco después de que la compañía anunciara un recorte del dividendo del 95%.
El futuro de Bayer
A pesar de la subida reciente, es prematuro para Bayer considerar la situación resuelta. Sus acciones aún muestran pérdidas de más del 16% en lo que va de año, en contraste con el índice Dax alemán, que ha ganado un 9%. Además, el frente legal sigue abierto, con miles de demandas pendientes de resolución, lo que hace que las futuras decisiones judiciales sean cruciales para el destino de la compañía y su rendimiento en Bolsa.
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