Martes negro para el comercio en Norteamérica. Donald Trump ha decidido romper con su propio acuerdo y aplicar aranceles del 25% a las importaciones de México y Canadá, usando el fentanilo como excusa. En un giro que nadie veía venir (o al menos no tan pronto), el presidente de EE.UU. ha impuesto tarifas más duras a sus aliados que a China, su eterno rival comercial, al que solo le ha metido un 20%. ¿El resultado? Un terremoto en los mercados, con Wall Street hundiéndose en su peor sesión del año y Warren Buffett tachando la medida de «acto de guerra«.
Un shock para la economía y los mercados
Las amenazas de Trump venían sonando desde hace meses, pero pocos creían que realmente se atrevería a dar el paso. Cuando se confirmó la noticia, los mercados reaccionaron en pánico: el Nasdaq cayó un 2,6% y el S&P 500 perdió un 1,8%. Mientras tanto, el dólar canadiense y el peso mexicano también se desplomaron. En Asia, las bolsas abrieron con fuertes caídas, anticipando el golpe global.
Desde las 00:01 del martes, las nuevas tarifas están activas, afectando desde materias primas hasta productos de consumo. La inflación podría dispararse y la cadena de suministro norteamericana se enfrenta a un caos logístico sin precedentes.
«Los aranceles son castigo», dice Trump
En su conferencia del lunes, Trump dejó claro que los aranceles no tienen tanto que ver con el fentanilo como con presionar a las empresas a fabricar en EE.UU. «Construyan sus fábricas aquí y no tendrán aranceles«, dijo sin rodeos. Además, añadió un tono de venganza en su discurso: «No pueden robarnos nuestros trabajos y esperar no ser castigados«. En resumen, una guerra comercial en toda regla.
Canadá y México no se quedan de brazos cruzados
En Canadá, la respuesta fue inmediata. El primer ministro Justin Trudeau anunció aranceles del 25% a productos estadounidenses por valor de 155.000 millones de dólares canadienses. «No dejaremos que esta decisión injustificada quede sin respuesta«, declaró.
México, por su parte, ha intentado hasta el último momento negociar con Washington, pero Trump ni siquiera respondió a la solicitud de llamada de la presidenta Claudia Sheinbaum. Desde su equipo aseguran que ya tienen un plan de respuesta y que habrá unidad nacional ante esta crisis.
EE.UU. se dispara en el pie
Si el objetivo de Trump es fortalecer la economía estadounidense, su estrategia podría salirle mal. Las expectativas de inflación están subiendo, el déficit comercial sigue en niveles récord y la confianza de los consumidores cae en picado. Incluso la Reserva Federal de Atlanta sugiere que el PIB estadounidense podría contraerse en el primer trimestre del año.
Además, el proteccionismo de Trump podría llevar a México y Canadá a una recesión, afectando la estabilidad de la región.
Más guerras comerciales en el horizonte
Pero esto no termina aquí. Trump ya ha puesto en la mira a la Unión Europea y amenaza con aranceles del 25% a sus productos. También quiere castigar a países con «tasa Google», como España, y a naciones que exijan a las redes sociales combatir la desinformación.
El presidente estadounidense ha aprobado, además, nuevos aranceles al aluminio y al acero, que entrarán en vigor el 12 de marzo, y ha ordenado investigar si también debe aplicarlos al cobre y la madera, en lo que parece un ataque directo a Canadá.
Y por si fuera poco, anunció impuestos a las importaciones de alimentos desde el 2 de abril, aunque sus mensajes confusos han dejado en el aire si incluso afectarán a las exportaciones.
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