La Industria del motor en Europa continúa mostrando signos de tensión, y esta vez el golpe lo da Northvolt, el fabricante sueco de baterías para coches eléctricos. Este lunes, la empresa ha anunciado que despedirá a 1.600 trabajadores en Suecia, lo que representa alrededor de un cuarto de su plantilla total de 6.500 empleados.
Este movimiento busca reducir costes después de que la compañía triplicara sus pérdidas el año pasado, superando los 1.000 millones de euros. Según Northvolt, la mayor parte de estos despidos se llevará a cabo en su gigafactoría de Skellefteå, donde se perderán 1.000 empleos, a los que se sumarán otros 400 en Västerås y 200 más en Estocolmo. Todo esto, claro, está sujeto a las negociaciones sindicales en curso, según la propia compañía.
Northvolt quiere arrancar la primera fase de producción
A pesar de este duro ajuste, Northvolt sigue centrada en arrancar la primera fase de producción en su planta de Skellefteå, con una capacidad de 16 GWh, para cumplir con los compromisos adquiridos con sus clientes. Entre ellos estaba BMW, que sin embargo decidió cancelar un pedido valorado en 2.000 millones de euros. Cansado de los retrasos en las entregas y la calidad insuficiente de los productos de Northvolt. A pesar de esto, la empresa asegura que la producción en su planta se ha triplicado desde principios de este año.
Peter Carlsson, cofundador y CEO de Northvolt, ha explicado que, aunque la tendencia hacia la electrificación sigue fuerte, es necesario tomar decisiones difíciles debido a los «vientos en contra» que enfrenta el sector automotriz. “Tenemos que concentrar nuestras energías e inversiones en el negocio principal”, ha dicho Carlsson. Subrayando que, aunque los despidos son complicados, son cruciales para garantizar el futuro de la compañía.
Otra medida que ha tomado Northvolt es detener la ampliación de su gigafactoría en Skellefteå, que tenía previsto aumentar su capacidad hasta los 30 GWh anuales. Según la empresa, esta pausa es clave para asegurar una operación más sostenible y reducir costes. El plan incluye un recorte global de la fuerza laboral del 20%, siendo Suecia la más afectada con un 25% de la plantilla. Esto supone un golpe importante para el municipio de Skellefteå, que depende en gran medida de la actividad económica que genera la planta.
La industria automovilística eléctrica, en un momento complicado
Este anuncio de Northvolt es solo otro ejemplo de los problemas que está atravesando la industria automovilística europea, que ha invertido cantidades descomunales en la transición hacia el vehículo eléctrico. Sin embargo, las ventas de estos coches no están despegando como se esperaba, en parte por su alto precio y la limitada red de estaciones de recarga en varios países de Europa. Según los datos de la patronal ACEA, las matriculaciones de coches eléctricos en Europa cayeron un 44% en agosto, especialmente por el desplome en Alemania, donde el mercado se contrajo casi un 69%. Este país, además, lleva casi un año sin ofrecer ayudas directas para la compra de vehículos eléctricos tras una decisión del Tribunal Constitucional.
Daniela Maniaci, directora de recursos humanos de Northvolt, describió este momento como uno de los más difíciles para la empresa. Destacando la prioridad de apoyar a todos los empleados, especialmente a los que se verán afectados por los despidos.
Pero Northvolt no está sola en esta tormenta. Volkswagen, el mayor fabricante de coches en Europa, también está considerando el cierre de dos fábricas en Alemania y el despido de decenas de miles de trabajadores. Para evitar que el sector automotriz, uno de los pilares industriales del país, colapse, el gobierno alemán ha lanzado un paquete de ayudas para el coche eléctrico que permite a las empresas deducir hasta un 40% del valor de los vehículos. Además, a principios de este año, Alemania asignó 902 millones de euros a Northvolt para construir una gigafactoría de 60 GWh que debería estar operativa en 2026 y alcanzar su plena capacidad en 2029.
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