Este nuevo modelo, sucesor del McLaren P1 y del legendario F1, no solo mantiene la esencia de sus predecesores, sino que la lleva más allá. En un mundo donde todo busca ser más grande y mejor, el W1 no se queda atrás. Al igual que el P1, es un híbrido enchufable, pero no esperes recorrer grandes distancias en modo eléctrico: con una batería de menos de 1,4 kWh, apenas te dará para 2 km. Sin embargo, sorprende que puede recargarse al 80% en solo 22 minutos, lo que garantiza tener toda la potencia lista para cuando quieras.
Hay 399 ejemplares que saldrán al mercado en 2026 ya están adjudicados. Y aunque su precio supera los dos millones de euros, no necesitarás ninguna razón para admirarlo, porque la empresa inglesa acaba de llevar el concepto de hiper-deportivo a otro nivel.
El corazón del McLaren W1 es un motor de combustión de nueva generación: un V8 biturbo de 4.0 litros, colocado en posición central longitudinal. A diferencia del P1, este bloque cuenta con un cigüeñal plano, que permite alcanzar hasta 9.200 revoluciones por minuto. Este motor por sí solo genera 928 caballos, apenas un poco más que su antecesor.
Pero el W1 no se queda ahí. Un motor eléctrico de flujo axial, acoplado al sistema de transmisión, añade 342 caballos adicionales, llevando el total hasta unos impresionantes 1.275 CV. Todo esto se gestiona a través de una caja de cambios de doble embrague y ocho marchas, que transmite la potencia a las ruedas traseras. Además, al estilo de la Fórmula 1, cuenta con un botón «boost» en el volante para obtener un empuje extra cuando lo necesites, como al salir de una curva.
Aerodinámica activa al más puro estilo Fórmula 1
La aerodinámica es un factor clave en el W1. Al igual que en los monoplazas de Fórmula 1, el diseño frontal está pensado para canalizar el aire de manera eficiente a través del vehículo. Esto también influye en la postura de conducción, con las piernas del conductor elevadas, recordando la posición típica de un Fórmula 1.
Los asientos del W1, al igual que los del icónico McLaren F1 de los años 80, son fijos, pero el conductor puede ajustar tanto la distancia de los pedales como la del volante para encontrar la postura óptima. La aerodinámica trasera también es impresionante, con un difusor masivo que gestiona el flujo de aire bajo el coche y un alerón activo que se extiende hasta 30 cm, ofreciendo hasta 1.000 kg de carga aerodinámica en el modo «Race».
Rendimiento centrado en la eficacia
Si bien el McLaren W1 está limitado electrónicamente a una velocidad máxima de 350 km/h, su verdadera virtud está en cómo llega a esas cifras. Acelera de 0 a 100 km/h en apenas 2,7 segundos, alcanza los 200 km/h en 5,8 segundos y los 300 km/h en menos de 12,7 segundos. El sistema de frenos está compuesto por discos carbocerámicos de 390 mm, recubiertos con una microcapa cerámica para mayor durabilidad.
La suspensión activa, con tecnología de Control de Chasis Activo III, conecta e interconecta cada rueda para optimizar el manejo. Además, incluye componentes impresos en 3D de titanio y un sistema de ajuste activo de la caída en las ruedas traseras. Todo esto, combinado con un diferencial electrónico, garantiza un manejo preciso y ligero. Y, como curiosidad, no tiene una marcha atrás tradicional: el motor eléctrico simplemente invierte su giro para retroceder.
Peso ligero, conducción óptima
A pesar de contar con todas estas innovaciones, el McLaren W1 pesa menos de 1.400 kg. Su sistema de dirección electrohidráulica busca ofrecer la mejor sensación al volante, demostrando que este coche no solo es una obra de arte para admirar, sino una máquina diseñada para ser disfrutada al máximo en la carretera o la pista.
El McLaren W1 es, sin duda, la última joya en el mundo de los hiper-deportivos, llevando la tecnología, el rendimiento y el diseño a nuevas alturas. Aunque no puedas tener uno, no podrás evitar admirarlo.
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