Alpine es la marca más deportiva del Grupo Renault, no solo por sus productos, sino también porque es el nombre que llevan ahora todos los equipos de competición de Renault, en F1, en rallyes, este año en MotoGP como patrocinador principal del equipo Pramac, e incluso en las velas del barco francés que compitió en la Copa América.
Alguien podría preguntarse por qué Renault usa una marca con solo dos modelos, uno de salida, el A110, y otro recién llegado, el A290, en la más alta competición de motor. Pero quien conoce a Luca de Meo, CEO del Grupo Renault, sabe que no da puntada sin hilo. Desde que llegó al grupo francés, en 2020, Alpine se convirtió en su marca favorita, un juguete con el que experimentar nuevas ideas. Aunque en aquel momento estaba casi abandonada y resignada a una segunda extinción, De Meo empezó a preparar proyectos en una operación parecida a la que ya había hecho el directivo italiano en Fiat con Abarth, diseño nuevo y genética deportiva. Y lo tenía muy fresco porque llegaba a París desde Barcelona donde acababa de inventarse Cupra.
Alpine nació hace 70 años, en 1955, y su padre fue el piloto francés Jean Rédélé (Dieppe, 1922-Paris 2007) que, pese a tener el título de economista de una de las universidades más prestigiosas de Francia, se dedicó a preparar modelos Renault para competición y llegó a ganar las 24 horas de Le Mans. La marca prácticamente desapareció en 1995, su primera extinción, y pasó bajo control de Renault que la relanzó en 2012 con su regreso a la competición y el lanzamiento de un biplaza deportivo, el A110 que tomaba su nombre de un Alpine de 1962. Languidecía a punto de volver a desaparecer cuando llegó De Meo.

Alpine A290
El pasado mes de junio, coincidiendo con la celebración de las 24 Horas de Le Mans, Alpine desveló su segundo modelo del siglo XXI y el primero 100% eléctrico, el A290, que solo seis meses después, en enero de 2025, se alzaba con el premio Car of the Year, compartido con el Renault R5. Este A290 es el primero de los siete modelos que Alpine ha anunciado hasta 2030 y todos serán 100% eléctricos. El próximo mes de mayo llega el denominado A390, un fastback deportivo, y en 2026 el A110 eléctrico. Ese mismo año se dejará de producir el actual A110 con motor térmico. Además, por primera vez Alpine dará el salto fuera de Europa, a los mercados de China y Estados Unidos.
Pese a esa electrificación radical, la marca asegura que seguirá haciendo coches con alma racing y por lo tanto ligeros, pero también emocionantes y franceses.
Premisas con las que cuenta este nuevo A290, un coche pequeño, de clara vocación urbana, que tiene un ‘algo más’, aunque está construido sobre la misma plataforma que el nuevo R5, con el que comparte centro de producción. Se fabrica en Douai, en el polo eléctrico de Renault, que se concentra en el norte de Francia, ahí también se produce el motor.
La marca tiene tanta confianza en este nuevo modelo que abrió pedidos el 31 de julio, aunque las primeras unidades están llegando ahora a los concesionarios (la unidad que pude probar estos días en Madrid tenía matrícula francesa) y ya ha firmado unas 250 órdenes.
Mide 3,99 metros de largo; 1,51 de alto, dos metros de ancho con retrovisores y la batalla es de 2,53 metros. Es por lo tanto un compacto pequeño, con un maletero de 326 litros, que parece destinado a una vida fundamentalmente urbana. Alpine ya estima que el 95% del tiempo circulará por ciudad. Pese a ello ha querido imprimirle la emoción y deportividad características de la marca.

Alpine A290
Se diferencia sustancialmente del R5 y no solo porque su diseño más radical, sino también por algunos elementos mecánicos claramente propios, además de ser seis centímetros más ancho. El grupo francés ha querido dejar claro que no se trata de un R5 Alpine, sino de algo bastante diferente y, obviamente, más caro.
La gama está formada por dos motores, GT de 180 caballos y GTS de 220 (esta última acapara el 80% de los pedidos realizados hasta ahora) con dos opciones de equipamiento: Premium, que prioriza el confort y el diseño, y Performance, que incluye más prestaciones. La versión GTS, además de ser la más potente, es la más equipada. El Alpine A290 más barato y básico cuesta 38.700 euros, lo que supone unos 3.000 euros más que el R5 más caro. El más caro llega a los 46.200 euros, se trata de una serie limitada de lanzamiento, que se llama Première Edition, y de la que sólo se van a hacer 1.955 unidades disponible en cuatro colores. El GT Performance tiene un precio de 41.900 euros, el GT Premium, 42.800 y el GTS, 45.600.
Alpine ofrece también un plan de financiación para la versión GT por 209 euros al mes durante 48 meses con una entrada de 9.800 euros. Las baterías, con una capacidad de 52 kWh que le dan una autonomía de 380 km (364 el GTS) en un uso mixto si circulamos exclusivamente en ciudad aumenta hasta 507 o 480 km. La batería tiene ocho años de garantía.
En la fabricación de este Alpine se ha utilizado intensamente el aluminio para controlar su peso que es de 1.479 kg, similar al R5 pese a su mayor complejidad y equipamiento, con una distribución de pesos del 57% sobre el eje delantero y el 43% sobre el trasero. La posición de las baterías que ayudan a bajar el centro de gravedad y el menor peso del motor eléctrico ayuda a unas mejores prestaciones.

Alpine A290
El soporte del motor de aluminio es específico del Alpine, que también cuenta con llantas de 19 pulgadas, suspensiones diferentes de las del R5, un eje trasero multibrazo y unos frenos de pinza Brembo de cuatro pistones, los mismos que lleva el A110, y que se pueden escoger en color rojo o azul. El resultado es una frenada superlativa para un vehículo de estas características en el siglo XXI, con un tacto muy agradable y un comportamiento en curva que no tiene nada que ver con el de un utilitario.
Pese a sus dimensiones, este coche ha nacido como un Alpine y lo intenta demostrar siempre. En el siglo XX los pequeños deportivos eran muy habituales y se podía ver a los Mini, Abarth o R5 ganar rallyes. Actualmente no es tan habitual.
Con un radio de giro 10,2 metros, tiene un diseño que lo hace inconfundible y radicalmente diferente del Renault. Imita los cuatro faros del A110, con una X en el centro que se inspira en las cintas cruzadas que se ponían en los faros de los coches clásicos de rallyes para que las piedras que saltaban no rompieran las ópticas. Otro elemento que se repite es el triángulo que recuerda el nombre de la marca que se puede ver incluso en el cuadro de instrumentos.
En el capó hay una ventana que recuerda el lugar donde el viejo R5 llevaba la toma de aire. En el nuevo se ilumina al abrir el coche señalando el nivel de carga, en el Alpine es solo una ventana con el logo A de la marca. En la trasera utiliza un difusor específico y los neumáticos están desarrollados específicamente para este modelo por Michelin y se indica en el perfil.
Pero quizás es en el diseño interior donde el Alpine es más radicalmente diferente del R5 y se agradece no haber recurrido a los mismos elementos y piezas para conseguir ahorro. Incluso el cambio es totalmente diferente, una palanca tras el volante en el R5 y tres grandes botones en la consola central de inspiración muy deportiva.

Alpine A290
También el volante es absolutamente Alpine. Tiene tres botones en el centro del aro con diferentes funciones inspiradas en la competición. En la parte derecha superior hay uno rojo que al pulsarlo nos da un plus de potencia para alcanzar durante unos 15 segundos los 220 caballos de potencia máxima. Durante el resto del tiempo funciona a 190 caballos.
En la parte inferior derecha el botón negro sirve para seleccionar los modos de conducción y a la izquierda otro llamativo botón azul regula el nivel de retención para la recarga girándolo. El volante incluye también los mandos normales para gestionar el teléfono, la radio o el control velocidad.
En el diseño el Alpine A290 se ha tenido en cuenta especialmente los asientos que son específicos, con una buena sujeción lateral y cómodos para los recorridos diarios por la ciudad. Toda la gama incluye los asientos delanteros calefactados de serie y para las tapicerías se han buscado materiales sostenibles y ecológicos.
En las versiones GT Premium y GTS, los asientos, el salpicadero y los paneles de las puertas llevan una tapicería de cuero Nappa en color azul.
Al volante no parece que estés dentro de un coche pequeño con vocación urbana, es sofisticado y muy equipado. Se agradecen los botones para controlar las funciones principales, grandes, fáciles de ver y usar. Pero sobre todo la respuesta al pisar el acelerador resulta verdaderamente estimulante. Misión cumplida para Alpine con un juguete que es bonito y con respuestas de deportivo. Acelera de 0 a 100 km/h en 6,4 segundos y puede alcanzar los 160 o 170 km de velocidad máxima según el motor.

Alpine A290
El equipo de música lo firma la marca francesa de lujo Devialet y es importante porque se le puede seleccionar un sonido específico para sentir más la conducción porque es un eléctrico, el motor no hace ruido. Alpine ha buscado un sonido muy realista inspirado en los monoplazas de competición eléctricos, no una imitación de un motor de combustión. De serie incluye Google Maps para planificar rutas y ayudar a encontrar puntos de recarga y la aplicación Alpine Telemetrics que nos puede dar datos de vuelta rápida y nos ayuda a conducir mejor y entender mejor el vehículo.
La llegada del A290 está animando los concesionarios de Alpine y atrayendo un nuevo perfil de clientes a la marca, aunque también hay algunos que ya tienen el A110. En España Alpine tiene actualmente 13 concesionarios al que sumará en breve uno más en Palma de Mallorca.
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