Cuando viajas por la campiña inglesa es muy fácil encontrarte en la carretera con coches clásicos, en España, si ves alguno con muchos años, suele ser un coche viejo. Desde el pasado 1 de octubre será más fácil y barato, también en España, dar de alta a un coche o moto como histórico, siempre que tenga más de 30 años de su fecha de fabricación o matriculación, ese modelo ya no se fabrique y el vehículo esté en su estado original, sin cambios fundamentales en sus componentes o características. Una novedad es que tienen que estar en buen estado de mantenimiento y conservación.
Después de tres años de trabajo de la Dirección General de Tráfico (DGT), el Ministerio de Industria, las Comunidades Autónomas y la Federación Española de Vehículos Antiguos (FEVA), el Gobierno ha probado un nuevo Reglamento de Vehículos Históricos (RVH) para remplazar al que estaba en vigor desde 1995. Las novedades reducen los costes y simplifican los procedimientos, lo que permitirá proteger el patrimonio automovilístico español. La nueva regulación garantiza que los históricos puedan circular, incluso en los cascos urbanos, y los museos podrán sacar sus vehículos a pasear, aunque no tengan documentación.
El nuevo reglamento reduce la duración y los costes de los trámites que, hasta el 1 de octubre, podrían suponer hasta más de mil euros, a veces más que el precio del vehículo, sobre todo en el caso de las motos. También elimina trámites, como la Resolución de Catalogación, que hacían las comunidades autónomas, con un coste adicional de unos 130 euros.
Otra ventaja es que simplifica los procedimientos en la ITV. Los coches de más de 60 años y las motos están exentos, igual que en Gran Bretaña, Francia y Suecia. Los más jóvenes sí deben pasar la ITV, pero ahora tiene una validez más larga, de dos a cuatro años.
Los vehículos históricos, identificados con un adhesivo amarillo con la letra H en negro en el parabrisas, podrán circular en las zonas de bajas emisiones (ZBE) cualquier día de la semana, pero un máximo de 96 días al año. Una limitación busca evitar algún tipo de abuso como usar un vehículo ‘viejo’ para hacer el reparto en los cascos urbanos. En cualquier caso, parece adecuada porque, según las encuestas de FEVA, el 91% de estos vehículos circulan menos de 60 días al año.
Actualmente hay unos 47.000 vehículos registrados en España como históricos, según la DGT. Con el nuevo procedimiento, podrán ser unos 120.000 en un año. La medida busca “fomentar la conservación y el conocimiento del patrimonio cultural y automovilístico” español, destaca Francisco de las Alas-Pumariño, jefe de la Unidad de Normativa de la DGT, pero puede hacer resurgir el coleccionismo y las subastas.
Los vehículos históricos y clásicos son un objeto de pasión, pero también de inversión, que en algunos momentos han superado incluso al arte, el oro o el vino, pero como todos los mercados internacionales muy fluctuantes. Las grandes subastas de Pebble Beach en Monterrey (California), Retromobile en París, Amelia Island, Miami, Múnich, Villa d’Este o Arizona mueven cuentos de millones de euros y dólares, pero también hay un mercado más asequible a través de operaciones generalmente on line. Periódicamente, la casa de subastas española Ansonera organiza alguna subasta de clásicos de gama alta, pero la mayoría del mercado en España se centra en los coches de nuestro pasado, Seat, Citroën, Renault y Mini que se fabricó en Pamplona, aunque en España también hay un puñado de coleccionistas que se mueven a nivel internacional.
UNA INVERSIÓN FLUCTUANTE
La pasión mundial por los coches históricos se disparó en la década de los años 80 del siglo XX. La fuerte demanda de Japón, con una economía en crecimiento, la facilidad de obtener crédito y la desconfianza en la bolsa tras el ‘lunes negro’ de 1987 dispararon la demanda de coches muy exclusivos como inversión. Es cuando empieza a dispararse el valor de los Ferrari, sobre todo por la idea de que su precio aumentaría tras la muerte de su fundador Enzo Ferrari en 1988. Y algo de fundamento había en esa previsión porque hoy es la marca que consigue precios más altos. En 2023, la casa de subastas RM Sotheby’s vendió un Ferrari de 1962, un 250 GTO muy especial, por la cifra récord de más de 51,7 millones de dólares (unos 47,5 millones de euros).
El mercado cambió de rumbo en la década de los años 90 y los precios no volvieron a subir hasta el siglo XXI. Desde entonces han mantenido un crecimiento constante, aunque con algunas fluctuaciones, hasta hoy. En 2014 Pebble Beach marcó su primer récord con unas ventas totales de 400 millones de dólares, pero en 2017 la cifra bajó a 247 millones, aunque ese año se adjudicó un Ferrari California Competizione por 18,15 millones de dólares. La cifra más alta de la historia de esta mítica concentración se firmó en 2022, con 473 millones de dólares, que en la edición siguiente se redujo un 15,4%. Este año se ha producido una bajada de precios; entre los más caros, algunos Ferrari se han rebajado hasta un millón de euros.
Este negocio, que se mueve con soltura en el mundo del lujo, muestra en los últimos años una tendencia a la concentración. La histórica casa de subasta británica Christie’s, fundada en 1766 y actualmente controlada por el holding francés Groupe Artémis, creado en 1992 por François Pinault, cerrará a finales de 2024 la compra de la estadounidense Gooding & Company, especializada en subastas de coches clásicos e históricos. Cuando se complete, Gooding & CO pasará a llamarse Gooding Christie’s.
En la última década se han cerrado otras operaciones similares. En 2018, la empresa británica de capital privado Epiris LLP adquirió la casa de subastas Bonhams con una larga historia, porque fue creada en 1793 en el Covent Garden de Londres. Pero la más importante se produjo en 2015, cuando el corredor de arte y joyas Sotheby’s se asocia con la canadiense RM Auctions, creando la poderosa RM Sotheby’s.
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