Crisis en la Industria Automotriz Europea: Mercedes-Benz y Volkswagen en la cuerda floja

Mercedes-Maybach SL 680Mercedes-Maybach SL 680

La industria automotriz europea enfrenta un periodo tumultuoso, con dos de sus gigantes, Mercedes-Benz y Volkswagen, lidiando con desafíos significativos que amenazan su estabilidad. Las acciones de Mercedes-Benz han sufrido una caída de más del 8% tras el recorte de sus previsiones financieras, impulsado por el deterioro en su negocio en China. La compañía ahora espera que sus beneficios ajustados se sitúen entre el 7,5% y el 8,5%, cuando anteriormente proyectaban hasta un 11%. Este descenso se debe a un enfriamiento en el mercado chino, donde los compradores adinerados han comenzado a posponer la adquisición de modelos premium como la Clase S y Maybach. 

Mercedes atribuye la caída a un entorno macroeconómico complicado en China, marcado por un consumo débil y la desaceleración del sector inmobiliario. Esta situación ha generado un impacto negativo en la estrategia de lujo de la compañía, que busca aumentar la rentabilidad a través de la venta de vehículos exclusivos. La caída en la demanda de coches de gama alta ha sido un golpe duro, especialmente en un momento en que la empresa intenta financiar su transición hacia un futuro totalmente eléctrico. 

Volkswagen igual o peor que Mercedes

Por otro lado, Volkswagen se encuentra en una situación igualmente complicada, con la planta de Audi en Bruselas bajo la amenaza de cierre. Según Milano Finanza, la compañía está buscando inversores que puedan hacerse cargo de la planta, que enfrenta severas dificultades. Nio, un fabricante chino de vehículos eléctricos ha mostrado interés en adquirir la instalación, lo que le permitiría establecer una base de producción en Europa y sortear los derechos impuestos por la Comisión Europea a los coches eléctricos importados desde China. 

Volkswagen también ha identificado a una veintena de compradores potenciales y les ha solicitado que presenten ofertas antes del 23 de septiembre. La empresa se ve afectada por la crisis del sector automotriz europeo, ligada a la caída en la demanda de vehículos eléctricos, y está considerando cerrar hasta cinco plantas y despedir a más de 30,000 empleados a largo plazo. 

En este contexto, el gobierno alemán está evaluando estrategias para apoyar a Volkswagen, con el ministro de Economía, Robert Habeck, enfatizando la importancia de la empresa para la economía del país. La situación actual representa un desafío monumental para la industria automotriz alemana, que intenta adaptarse a un mercado en constante evolución y superar las adversidades que enfrenta. 

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