El beneficio neto de Toyota Motor cayó un 37% en su primer trimestre fiscal, afectado principalmente por los aranceles estadounidenses impuestos por la Administración de Donald Trump, que han supuesto un golpe de 2.618 millones de euros para el gigante automovilístico japonés. Como consecuencia, la compañía ha revisado a la baja sus previsiones de resultados para todo el ejercicio fiscal 2025-2026.
Entre los meses de abril y junio, Toyota registró unas ganancias netas de 841.345 millones de yenes (unos 4.895 millones de euros), mientras que su beneficio operativo descendió un 11%, hasta 1,16 billones de yenes (equivalente a 6.749 millones de euros). A pesar del retroceso en los beneficios, la facturación por ventas creció un 3,5%, alcanzando los 12,25 billones de yenes (aproximadamente 71.271 millones de euros), gracias a un aumento del 7% en las unidades vendidas, con 2,41 millones de vehículos comercializados a nivel mundial.
La guerra comercial pasa factura
Según explicó la empresa en un comunicado, el desplome de beneficios responde «al impacto de los aranceles de Estados Unidos y otros factores externos«. Toyota estima que los aranceles aplicados desde abril por EE. UU. han supuesto hasta ahora un impacto directo de 450.000 millones de yenes, y calcula que la cifra total podría llegar a 1,4 billones de yenes (unos 8.145 millones de euros) durante el conjunto del año fiscal.
De mantenerse las actuales condiciones, la automotriz con sede en Aichi (Japón) prevé que su beneficio neto anual se reducirá en un 44%, hasta los 2,66 billones de yenes (15.476 millones de euros), y su beneficio operativo caerá un 33%, hasta 3,2 billones de yenes (18.618 millones de euros). La única nota positiva sería un modesto aumento del 1% en la facturación, que alcanzaría los 48,5 billones de yenes (282.174 millones de euros).
Toyota espera que a partir de agosto, la Administración Trump rebaje del 25% al 12,5% los aranceles adicionales sobre los vehículos importados desde Japón, una medida que podría aliviar parcialmente el impacto financiero, aunque las autoridades niponas todavía no tienen claridad sobre la fecha exacta de aplicación.
Nuevas inversiones en medio de la incertidumbre
A pesar de las dificultades, Toyota no ha frenado su expansión. Este jueves anunció la construcción de una nueva planta de producción en Japón, además de reafirmar su compromiso con mayores inversiones en Estados Unidos, buscando amortiguar los efectos negativos de la guerra comercial mediante una mayor presencia industrial directa en el mercado norteamericano.
“A pesar de todos los desafíos externos, continuaremos invirtiendo para mejorar nuestras ventas, reducir costes y extender los beneficios a lo largo de la cadena de valor”, aseguró la compañía.
Los nuevos aranceles generales del 15% sobre todas las importaciones japonesas por parte de EE. UU. también entraron en vigor este jueves, añadiendo aún más presión sobre los fabricantes nipones, que ya afrontan tasas totales del 27,5% en sus ventas al mercado estadounidense, su principal destino.
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