En el corazón de Calpe, frente a las aguas del Mediterráneo, el recién renovado AR Diamante Beach Hotel & Spa se erige no solo como un destino turístico, sino como un nuevo epicentro gastronómico. Tras una ambiciosa reforma integral, que ha transformado desde sus habitaciones hasta los espacios comunes, este hotel de cuatro estrellas del Grupo AR Hotels & Resorts ha decidido redoblar su apuesta por la alta cocina. Y lo ha hecho con un fichaje tan sorprendente como acertado: el chef Diego Laso, una de las voces más singulares del panorama culinario especialmente por su profunda conexión con la gastronomía japonesa.
La renovación, que abarca desde las habitaciones hasta las zonas comunes y la incorporación de servicios novedosos como una infinity pool, un lobby de diseño y espacios VIP, pretende situar al hotel a la vanguardia de la oferta contemporánea, apostando por una experiencia sensorial y elegante que busca seducir al viajero exigente. Sin embargo, más allá del lavado de cara arquitectónico, lo que realmente destaca es el sólido impulso gastronómico que el grupo está dando a sus establecimientos.

AMAS
Su nueva propuesta, AMAS, recientemente inaugurado en el lobby del hotel, es un proyecto con alma, inspirado en una historia ancestral que pone el foco en las legendarias amas japonesas: mujeres buceadoras que, desde hace más de dos mil años, se sumergen sin ayuda de equipos modernos para recolectar perlas, algas y mariscos, guiadas solo por su experiencia, su técnica y su vínculo íntimo con el mar.
“Queríamos que AMAS fuera un homenaje a esa manera de vivir y de entender la naturaleza”, explica Laso, valenciano de nacimiento y japonés de adopción durante varios años de su juventud. Allí se formó no solo en cocina, sino también en sala, aprendiendo de primera mano una cultura donde la precisión y el respeto por el producto lo son todo.
El concepto de AMAS busca trasladar esa filosofía a la mesa: una cocina honesta, sin artificios, que celebra el producto local desde una mirada japonesa y mediterránea al mismo tiempo. Con capacidad para 80 comensales, el restaurante ofrece una experiencia informal pero cuidada, con una carta que fusiona sushi en diversas formas, tapas niponas reinterpretadas y materias primas de proximidad, como el tomate de Benicàssim o la gamba blanca del Mediterráneo.

AMAS
AMAS invita a una inmersión completa en la experiencia gastronómica, guiada por el instinto, la calidad del producto y la pasión sin filtros. Es la crudeza sublime, la elegancia indómita, la técnica al servicio del alma.
Entre los platos más destacados figuran el Horenzo goma (espinacas en caldo de bonito seco con calamar y sésamo), el Chawan mushi con caldo de tomate seco y cangrejo, o el Nambanzuke, un escabeche japonés de pescaditos fritos y verduras frescas. La sección de sashimis incluye cortes meticulosos de atún rojo, akami, chutoro y otoro, así como hamachi con vinagreta de pepino y tataki de bonito con berenjena a la parrilla. En los uramakis, destacan propuestas como el de bogavante con mayonesa de yuzu y miso seco, o el rainbow roll con atún, hamachi, salmón y hoja de shiso. Para cerrar, postres que fusionan oriente y occidente, como la tarta de queso saikyo yaki con gel de mandarina o el yogur con azuki y ruibarbo.
El nombre del restaurante no es casual: “Ama” significa literalmente “mujer del mar” en japonés, y esas mujeres, aún presentes en zonas como Ise-Shima o Wakayama, representan un símbolo de resistencia, coraje y conexión profunda con la naturaleza. Vestidas con kimono blanco y pañuelo protector, las amas bucean a pulmón libre, llegando a profundidades de más de diez metros, movidas únicamente por su instinto. Su legado, cada vez más escaso ante la modernización, es el espíritu que Laso y su equipo han querido capturar y traducir en cada bocado.

AMAS
En ese contexto, AMAS no solo destaca por su carta o su estética relajada, sino por lo que representa: una cocina que se sumerge en lo profundo, que respira al ritmo de la tradición y que emerge con una propuesta personal, coherente y con carácter. Como las amas, no espera que el mar le dé lo que busca; se lanza con valentía hacia él.
AR Diamante Beach no solo se renueva en su imagen sino también en su alma gastronómica, invitándonos a vivir sabores nuevos y experiencias inolvidables bajo la guía de un chef que sabe cómo sorprendernos.
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