El ministro de Economía español, Carlos Cuerpo, ha confirmado oficialmente su candidatura para presidir el Eurogrupo, el órgano que agrupa a los ministros de Finanzas de la zona euro. De esta forma, el español competirá con el irlandés Paschal Donohoe, actual presidente que busca un tercer mandato, y con el ministro de Finanzas lituano, Rimantas Sadzius. La elección tendrá lugar durante la reunión del Eurogrupo los próximos 7 y 8 de julio en Bruselas.
Aunque Cuerpo llevaba semanas considerando esta posibilidad, no había hecho públicas sus intenciones hasta el último momento, justo cuando se cerraba el plazo para presentar candidaturas. Según fuentes diplomáticas, el ministro español había sondeado a varias capitales europeas para medir apoyos antes de dar el paso.
Con esta decisión, Cuerpo se convierte en el tercer ministro español que aspira a presidir el Eurogrupo, tras los intentos previos de Luis de Guindos y Nadia Calviño, quienes, aunque no lograron el puesto, ahora ocupan cargos relevantes en instituciones financieras europeas: De Guindos es vicepresidente del Banco Central Europeo y Calviño, presidenta del Banco Europeo de Inversiones.
España, junto a las otras grandes economías de la zona euro —Alemania, Francia, Italia y Países Bajos— ha manifestado en un documento reciente la necesidad de reformas sustanciales en el funcionamiento del Eurogrupo, reflejando cierto descontento con la gestión de Donohoe, aunque sin críticas explícitas al actual presidente.
Durante los cinco años de mandato de Donohoe, los avances en la Unión Bancaria y la Unión del Mercado de Capitales han sido limitados, un problema que trasciende su liderazgo y está vinculado a la falta de consenso político entre los países miembros, con posiciones encontradas entre potencias como Alemania e Italia o centros financieros como Luxemburgo e Irlanda.
El desafío de Cuerpo representa una apuesta fuerte de España para influir en la política económica europea, con la esperanza de impulsar cambios que refuercen el mercado único y den un nuevo impulso a la integración financiera de la zona euro. La decisión final se conocerá a comienzos de julio en Bruselas.