Liderazgo o la cultura del talento (propio)

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¿Es el liderazgo una cuestión de talento innato, de preparación o de cultura? Para decirlo de una manera brutal y obvia que (con razón) parecerá hasta banal para la mayoría de la gente: ¿los líderes nacen o se hacen?

Responderé a la pregunta inmediatamente, obviamente a mi manera, para no alargarlo más: el tiempo es oro para todos… En mi opinión, el liderazgo es una cuestión estrechamente relacionada con la cultura del talento y a aquello que cada uno de nosotros es capaz de hacer con sus capacidades naturales y adquiridas. El psicólogo James Hillman diría que está relacionado con nuestra capacidad de convertirnos en quienes somos.

Cuando era joven (hace ya varias décadas) me llamó la atención una frase dicha por un profesor universitario durante su participación en un programa de televisión: la cultura es lo que queda cuando hemos olvidado todo lo que hemos estudiado. En resumen, la cultura es una forma de ser, estrechamente relacionada con lo que hemos aprendido y absorbido del entorno que nos rodea, pero está igualmente indisolublemente ligada (quizás más) a nuestra capacidad de dejar ir lo que hemos aprendido y absorbido. Pero no sin antes entenderlo y asimilarlo, evidentemente.

Esto se debe a que el verdadero líder no imita a otros líderes, no repite servil y deliberadamente esquemas trazados por otros anteriormente, no necesita eximirse de su responsabilidad delegando en otros modelos de referencia la eficacia o renegando de su propio modus operandi. Un líder está interesado en todo y está interesado en todos, porque sabe que puedes aprender de todo y de todos, si tan solo es capaz de hacerse las preguntas correctas.

Y las preguntas correctas nunca son absolutas ni son buenas para todos en cualquier condición, porque son las que todo líder debe saber plantearse en el momento adecuado. ¿Cuándo es el “momento adecuado”? Todo buen líder lo sabe, porque lo aprendió cometiendo errores, estudiando, esforzándose, trabajando duro, pero también divirtiéndose y comparándose con los demás. Y al final, si confía en sus propias capacidades y en su propio talento, actuará confiando en su propia intuición.

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