Amancio Ortega, el fundador de Inditex y hombre más rico de España, ha acelerado su actividad inmobiliaria en 2025 con una ofensiva de inversiones y reestructuración patrimonial sin precedentes. A través de su sociedad Pontegadea, el magnate gallego ha ejecutado operaciones por valor de más de 1.000 millones de euros entre marzo y julio, reafirmando su posición como uno de los mayores inversores inmobiliarios privados del mundo.
Una ofensiva inmobiliaria transatlántica
Durante los últimos cuatro meses, Pontegadea ha cerrado adquisiciones en Estados Unidos y Europa, y ha iniciado la reestructuración de su patrimonio internacional, transfiriendo activos por más de 7.000 millones de euros a su filial en Luxemburgo, en un movimiento que busca simplificar su estructura corporativa.
Entre las operaciones más destacadas se encuentran:
Miami (EE. UU.): Ortega negocia la compra del Sabadell Financial Center, un rascacielos de 31 plantas, por unos 235 millones de euros, en la que sería la mayor operación en Florida en lo que va de año.
Fort Lauderdale (Florida): adquisición cerrada de una torre residencial de lujo de 46 plantas y 259 apartamentos por 165 millones de dólares (≈ 145 millones de euros), marcando su entrada en el sector residencial estadounidense.
Barcelona: compra de la sede del Grupo Planeta en la Avenida Diagonal por 250 millones de euros, su mayor adquisición en España desde 2016.
París: adquisición del hotel Banke, en el distrito de la Ópera, por 97 millones de euros. El edificio será operado por la cadena Radisson Collection tras un acuerdo con Derby Hotels.
Dublín: compra de un edificio de oficinas prime por 70 millones de euros, reforzando su presencia en la capital irlandesa.
Luxemburgo: operación por cerca de 60 millones de euros en inmuebles alquilados a Clifford Chance, uno de los mayores despachos de abogados del mundo.
Edimburgo: en negociaciones avanzadas para adquirir Capital Square, por unos 89 millones de euros, su segunda operación en la ciudad en menos de un año.
Reorganización en Luxemburgo
El otro gran movimiento del semestre ha sido la transferencia de activos por más de 7.000 millones de euros a la sociedad Pontegadea Europe, con sede en Luxemburgo, que gestionará la mayor parte de su patrimonio inmobiliario europeo (excepto España y Reino Unido), así como activos en EE. UU. y Canadá. Esta decisión responde a una estrategia de simplificación de la estructura societaria y centralización de la gestión patrimonial internacional.
Según fuentes cercanas a Pontegadea, la reestructuración no responde a motivos fiscales, sino a razones operativas y de eficiencia. Desde su sede en A Coruña, Ortega mantiene el control estratégico de un imperio inmobiliario valorado en más de 18.000 millones de euros, compuesto por oficinas, hoteles, edificios residenciales, centros logísticos y comerciales, repartidos en más de 120 propiedades en 13 países.
Una fortuna que trasciende el textil
Amancio Ortega ha sabido diversificar su fortuna procedente de los dividendos de Inditex —el grupo dueño de Zara, Massimo Dutti y Bershka, entre otras marcas— a través de una política patrimonial basada en activos inmobiliarios prime y de alta rentabilidad.
En el último ranking de Forbes, Ortega figura como el noveno hombre más rico del mundo, con un patrimonio estimado en 124.000 millones de dólares (≈115.000 millones de euros).
Lejos del protagonismo mediático, su estrategia de inversión combina prudencia y ambición: se enfoca en inmuebles de gran calidad, ubicados en zonas consolidadas de grandes ciudades, que garantizan ingresos estables a largo plazo, incluso en contextos económicos volátiles.
El inversor silencioso más activo de Europa
Con estas operaciones, Amancio Ortega no solo confirma su apuesta por el ladrillo, sino que se posiciona como uno de los inversores más activos del sector inmobiliario global en 2025. A diferencia de fondos o firmas cotizadas, Pontegadea actúa con discreción, sin deuda y con una liquidez que le permite aprovechar oportunidades en entornos de incertidumbre.
Más que un legado textil, Ortega está construyendo un imperio inmobiliario global que lo proyecta más allá del éxito empresarial que supuso Inditex. Su apuesta por el ladrillo, lejos de ralentizarse, se acelera y se consolida como la piedra angular de su legado.
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