Leonard Lauder, presidente emérito de The Estée Lauder Companies e hijo mayor de los fundadores Estée y Joseph H. Lauder, falleció el sábado a los 92 años, acompañado por su familia. Su partida representa el cierre de un capítulo fundamental en la historia de la industria de la belleza, que ayudó a moldear durante más de seis décadas.
Nacido en Nueva York en 1933, Lauder fue educado en prestigiosas instituciones como la Wharton School de la Universidad de Pensilvania y la Escuela de Negocios de Columbia. Su paso por la Marina de los Estados Unidos marcó profundamente su estilo de liderazgo, caracterizado por la disciplina, la claridad de propósito y el compromiso con el servicio público.
En 1958 se incorporó a la empresa familiar, que entonces vendía apenas unos pocos productos. Gracias a su visión estratégica, The Estée Lauder Companies se transformó en una multinacional de la cosmética, con marcas globales como Clinique, M∙A∙C, La Mer y Jo Malone London. Ocupó diversos cargos, incluidos los de presidente, CEO y presidente del consejo, hasta su retiro activo en 2009.
Fue un innovador decisivo: introdujo laboratorios de investigación y desarrollo, profesionalizó la gestión de la empresa y lideró su expansión internacional, consolidando su presencia en mercados emergentes y elevando sus ingresos a nivel mundial.
Más allá del ámbito empresarial, Leonard Lauder se destacó como un filántropo incansable. En salud, fue un impulsor clave en la lucha contra el cáncer de mama y el Alzheimer, cofundando organizaciones como la Breast Cancer Research Foundation y la Alzheimer’s Drug Discovery Foundation. Durante la pandemia de COVID-19, impulsó el fondo ELC Cares para apoyar a los empleados afectados y donó 125 millones de dólares a la Universidad de Pensilvania para formar enfermeros especializados en atención comunitaria.
En las artes, su legado fue igualmente trascendente. En 2013 donó una valiosa colección de 78 obras cubistas al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, la más grande en la historia del museo, incluyendo obras de Picasso, Braque y Léger. También fue presidente emérito del Museo Whitney y miembro activo del Consejo de Relaciones Exteriores.
Recibió numerosos reconocimientos, como la Légion d’Honneur francesa, el Lone Sailor Award y el Premio Carnegie de Filantropía, otorgado a toda su familia en 2011. En 2020 publicó sus memorias, The Company I Keep: My Life in Beauty, donde compartió su visión empresarial y sus valores personales.
Viudo de Evelyn Lauder desde 2011, Leonard contrajo matrimonio en 2015 con la fotógrafa y filántropa Judy Glickman Lauder. Le sobreviven sus hijos William y Gary, cinco nietos, dos bisnietos y su hermano Ronald S. Lauder.
El funeral será privado. La familia ha pedido que, en lugar de flores, se realicen donaciones a las fundaciones que Leonard ayudó a construir y sostener. Su legado queda anclado en la innovación, la filantropía y un liderazgo basado en la dignidad humana y el impacto social duradero.