El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) decidió mantener los tipos de interés sin cambios, conforme a las expectativas de los analistas. El tipo principal de refinanciación se mantendrá en el 4,25%, nivel alcanzado tras el primer recorte en varios años realizado el mes pasado. Esta decisión de aplazar una nueva reducción, anticipada por inversores que esperaban hasta dos bajadas adicionales este año, responde a la necesidad de observar más tiempo para verificar que la inflación en la eurozona se dirige hacia su objetivo del 2% a medio plazo.
En consecuencia, la tasa de depósito se queda en el 3,75%, el tipo principal de refinanciación sigue en el 4,25% y el tipo sobre la facilidad marginal de crédito continúa en el 4,5%. Estos niveles fueron establecidos el mes pasado tras un descenso de 25 puntos básicos, el primero desde 2016 para el tipo principal y desde 2019 para la tasa de depósito.
Las razones del BCE
El BCE señaló en su comunicado que «las presiones inflacionistas internas siguen siendo intensas, la inflación de los servicios es elevada y es probable que la inflación general continúe por encima del objetivo hasta bien avanzado el próximo año». Esto refleja las preocupaciones sobre el ritmo lento de reducción de la inflación subyacente y las persistentes presiones inflacionistas.
Las últimas previsiones de los economistas del Eurosistema, actualizadas en junio, situaban la tasa de inflación media en el 2,2% para el próximo año y en el 1,9% para 2026. No obstante, el comunicado de hoy sugiere que la inflación podría mantenerse por encima del objetivo hasta bien entrado 2025, abriendo la posibilidad de que las proyecciones inflacionistas empeoren a final del verano.
Perspectivas y opiniones
El Departamento de Análisis de Bankinter ha interpretado el comunicado del BCE como «de tono hawkish», sugiriendo una postura cautelosa respecto a futuras bajadas de tipos. A pesar de la disminución del índice de precios al consumo (IPC) general de la eurozona al 2,5% en junio, la inflación en los servicios se mantiene alta en el 4,1%, destacando la resistencia del sector terciario frente a unas manufacturas más débiles.
Alfredo Jiménez, del Instituto Español de Analistas, opinó que «el proceso de reducción de la inflación, sobre todo de la subyacente, está siendo lento en los últimos meses, justificando la cautela sobre futuras bajadas de los tipos de interés». Por su parte, Christine Lagarde, presidenta del BCE, enfatizó el impacto de las subidas salariales en la inflación, aunque mantuvo un tono optimista respecto a una moderación del crecimiento salarial el próximo año.
Frederik Ducrozet, director de análisis macroeconómico de Pictet WM, señaló que los informes PMI e inflación de julio y agosto, así como los salarios negociados del 22 de agosto, serán cruciales para evaluar las próximas decisiones del BCE.
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