Duro Felguera frente al abismo: contrarreloj para evitar el concurso

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La cuenta atrás ha comenzado para Duro Felguera. A menos de un mes del fin de la moratoria concursal decretada tras la pandemia, la compañía enfrenta una crisis financiera agravada por la reciente reclamación de 413 millones de euros por parte de la argelina Sonelgaz, lo que ha llevado a la suspensión de su cotización desde el lunes. Con un patrimonio neto negativo de 94,5 millones de euros y una caja que podría haberse reducido a solo cinco millones, el futuro de la firma está más incierto que nunca. 

Un historial de rescates y pocos caminos por recorrer 

Tras recurrir en el pasado a ayudas públicas y capital privado, las opciones para Duro Felguera se estrechan: 

  1. Nueva inyección pública: La compañía podría volver a solicitar apoyo a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi), que ya aportó 120 millones de euros tras la pandemia. Algunas fuentes sugieren que las conversaciones con el organismo público están en marcha, aunque no se han confirmado oficialmente. Sin embargo, de no poder cumplir con los pagos previstos en el calendario, el control de la empresa podría acabar en manos del Estado. 
  1. Crédito bancario: Otra posibilidad sería negociar un préstamo respaldado por el Instituto de Crédito Oficial (ICO). No obstante, esta vía enfrenta la resistencia de los departamentos de riesgos bancarios, que han tratado con la problemática situación de Duro Felguera durante más de una década. Además, la empresa aún no ha conseguido los 350 millones de euros en avales solicitados a principios de este año para presentarse a licitaciones. 
  1. Capital privado: La entrada de nuevos inversores o una ampliación de capital también están sobre la mesa. Aunque el actual accionista principal, el mexicano José Miguel Bejos, podría aumentar su participación, la llegada de terceros interesados parece improbable dada la crítica situación financiera de la compañía. 

El tiempo apremia y los números no acompañan 

La necesidad de efectivo es cada vez más acuciante. Duro Felguera cerró 2023 con 109,9 millones de euros en caja, pero esta cifra se desplomó a 45,3 millones a mediados de 2024 y podría haber descendido aún más. Mientras tanto, la deuda neta de la firma aumentó de 34,4 millones a 101,7 millones en el mismo periodo, reflejo de una acelerada quema de caja. 

Por si fuera poco, en el primer semestre de 2024 la compañía registró pérdidas de 26,3 millones de euros, un brusco giro respecto a los beneficios de 8 millones del año anterior. La falta de rentabilidad en áreas clave, como el taller de Calderería Pesada, ha profundizado esta debilidad operativa. 

La amenaza de Sonelgaz y un arbitraje crucial 

El panorama se oscureció aún más con la reclamación de 349,2 millones de euros por parte de Sonelgaz, relacionada con la paralización de los trabajos en la central térmica de Djelfa. Este arbitraje, en manos de la Cámara Argelina de Comercio e Industria, representa un desafío monumental para la compañía, que deberá presentar su defensa antes del 10 de diciembre. 

¿Qué le espera a Duro Felguera? 

Con el reloj en contra, Duro Felguera enfrenta una carrera contrarreloj para evitar el colapso. Si no logra cerrar un acuerdo de recapitalización o financiamiento antes del 31 de diciembre, el concurso de acreedores será inevitable. 

La compañía, que en otro tiempo fue un pilar del sector industrial español, ahora se encuentra en una encrucijada que podría determinar no solo su futuro, sino también el de sus empleados, socios e inversores. 

 

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